Este miércoles, la Cámara de Diputados ratificó el veto del presidente Javier Milei a la ley de financiamiento universitario, al no obtener la oposición los dos tercios necesarios para insistir con la normativa previamente aprobada por el Congreso. Con un resultado de 160 votos a favor, 84 en contra y 5 abstenciones, el oficialismo logró consolidar su posición en un tema tan sensible como es la educación superior.
La intervención de Mauricio Macri, ex presidente y figura influyente en el PRO, fue crucial para ordenar a la bancada del partido, que atravesaba tensiones internas significativas. La sesión, que comenzó a las 11:18 y se centró exclusivamente en el veto, estuvo marcada por intercambios verbales intensos y acusaciones entre los representantes de distintos bloques.
Cristian Ritondo, presidente del bloque de diputados nacionales del PRO, utilizó su tiempo de exposición para atacar a la oposición, a la que acusó de querer “golpear a un Gobierno que tiene debilidad parlamentaria”. Ritondo afirmó que “no les importa la educación. Es una mentira. Lo que les importa es desestabilizar al gobierno”. Estas palabras reflejan el clima de confrontación que predominó en el recinto.
En contraste, el presidente del bloque de la UCR, Rodrigo De Loredo, rechazó las afirmaciones del oficialismo y defendió la necesidad de incrementar el financiamiento para la educación superior. De Loredo calificó como “falso” que un aumento en las partidas para universidades pueda “quebrar el equilibrio fiscal”. En su argumentación, destacó que el 0,14% del presupuesto, que representa el financiamiento propuesto, es equivalente al 10% del superávit primario, sugiriendo que se trata de una inversión necesaria en un contexto de creciente demanda educativa.
Fernando Iglesias, otro diputado del PRO, se pronunció en contra de las acusaciones de un supuesto desmantelamiento de la universidad pública, tildando a sus opositores de “mentirosos” y “caraduras”. En su intervención, enfatizó que la discusión no debería girar en torno a la continuidad de las universidades, sino más bien sobre cómo se puede mejorar su financiamiento sin comprometer la salud fiscal del país.
Por otro lado, Facundo Manes, diputado de la UCR, defendió con firmeza la importancia de la educación como un pilar fundamental para el desarrollo económico y social. Según Manes, “la educación es la mejor política económica en el siglo XXI” y argumentó que “los países que están desarrollados son por sus sistemas educativos y científicos”. Este enfoque resalta una visión contrastante con la del Gobierno, que ha manifestado una postura más crítica hacia el sistema universitario.
En un giro más radical, la diputada libertaria Lourdes Arrieta (FE) se distanció del Gobierno nacional y expresó su apoyo a los estudiantes que se esfuerzan por acceder a la educación pública. Arrieta enfatizó la importancia de garantizar recursos para las universidades como una forma de respaldo a quienes luchan por su futuro académico.
La oposición, compuesta por Unión por la Patria, la izquierda y sectores de la UCR y la Coalición Cívica, fue la voz más unida en el rechazo al veto. Nicolás del Caño, diputado del Frente de Izquierda, afirmó que la lucha del movimiento estudiantil y docente podría movilizar a la sociedad para “derrotar la política de este Gobierno” en relación al financiamiento universitario. Su declaración refleja una creciente preocupación entre los sectores opositores sobre el rumbo que podría tomar la educación superior en el país.
