El nacimiento de un bebé en el Hospital Ramón Carrillo de Bariloche destapó una red de trata liderada por Konstantin Rudnev, un ruso de 45 años que se autoproclamaba “dios de la estrella Sirio”. Las enfermeras alertaron a la Policía cuando dos acompañantes de la madre —una joven de aspecto adolescente— la vigilaban obsesivamente y rompieron el documento que identificaba al padre.
La investigación derivó en 14 detenciones: Rudnev fue capturado en el aeropuerto de Bariloche tras intentar degollarse, mientras seis mujeres más —demacradas y casi calvas— eran arrestadas con él. Otras seis personas cayeron en Aeroparque, todas vinculadas a Ashram Shamballa, una secta que en Rusia llegó a tener 20 mil seguidores.
Rudnev no es un desconocido para la Justicia. En 2013, fue condenado a 11 años de prisión por abusar sexualmente de sus seguidoras en rituales que mezclaban yoga, orgías y drogas. Según testigos, obligaba a sus víctimas a vender sus bienes y le entregaran el dinero, mientras las sometía a torturas físicas y psicológicas. En 2010, lo arrestaron con heroína y le incautaron ocho autos, pero logró evadir la cárcel hasta ahora. “Las mujeres comían las sobras de las sobras”, reveló una fuente de la investigación a Infobae.
El caso sigue abierto, pero las autoridades ya trabajan con Interpol para confirmar las identidades de las víctimas —algunas podrían ser menores— y determinar si había más implicados. Mientras tanto, Rudnev, quien alguna vez dijo ser “un alienígena místico”, enfrenta cargos por trata de personas y asociación ilícita en Argentina. Su secta, que prometía iluminación espiritual, solo dejó detrás una estela de hambre, abusos y trauma.
