
Una fiesta clandestina con más de 2.000 asistentes fue desarticulada durante la madrugada en un operativo conjunto entre la Policía de Córdoba y la Municipalidad. El evento se realizaba sin habilitación en un inmueble ubicado en calle Alejandro Papalini al 300, donde se constató una masiva concurrencia muy por encima de cualquier parámetro permitido.

Durante el procedimiento se desató una violenta riña entre jóvenes, lo que derivó en momentos de fuerte tensión. En medio del descontrol, varios asistentes arrojaron piedras y botellas contra los efectivos, obligando al personal policial a utilizar armamento de menor letalidad para dispersar a los grupos agresivos y evitar un escenario de mayores riesgos.
La intervención incluyó a inspectores municipales del área de Fiscalización y Control, quienes colaboraron en el cierre del predio. Pese a la magnitud del incidente no se registraron heridos, y los más de 2.000 participantes se retiraron del lugar tras la acción policial. El inmueble quedó bajo control de las autoridades y se iniciaron las actuaciones correspondientes.



