
El viernes pasado, Javier Milei hizo una publicación en sus redes sociales respaldando públicamente la criptomoneda $LIBRA. Sin embargo, lo que parecía un simple posteo tuvo un importante impacto en el mundo financiero: en cuestión de minutos, el valor de la moneda pasó de cero a cifras millonarias, atrayendo a miles de inversores.

Sin embargo, la euforia duró poco. En pocas horas, los principales beneficiarios retiraron cerca de 90 millones de dólares y la inversión se desplomó estrepitosamente. La abrupta caída dejó en evidencia lo que expertos identifican como una posible maniobra de “rug pull”, un fraude recurrente en el mundo cripto en el que los creadores de una moneda digital desaparecen con el dinero de los inversores.
El escándalo no solo golpeó a los afectados económicamente, sino que también sacudió al oficialismo. Entre los damnificados hay miles de seguidores libertarios que confiaron en la promoción del propio presidente y de referentes cercanos a su gobierno.
En este contexto, recientemente se conoció que el presidente de la Nación recibió su primera denuncia penal por el escándalo de las criptomonedas. La Justicia ahora deberá determinar si existió intencionalidad en la promoción de $LIBRA y si el presidente pudo haber incurrido en un delito.