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“Cybercirujas en Córdoba”: una comunidad que rescata y recupera objetos tecnológicos considerados obsoletos

Es un club que nació en 2020 integrado por personas de distintas disciplinas. Promueve la circulación de herramientas tecnologícas en desuso y comparte saberes.

Frente al edificio Data Center de la Universidad Nacional de Córdoba, un tumulto de personas está mirando hacia las mesas desplegadas en “El Bosquecito” de la Facultad de Comunicación Social. En ellas hay desde monitores hasta placas integradas, CPU, teclados, cables y un montón de otros objetos tecnológicos.

En ese lugar funciona el “Club de Cybercirujas de Córdoba”, un grupo de personas que promueve el reaprovechamiento de la tecnología, principalmente del hardware. Más allá, están los puestos de verduras, producciones regionales y otros alimentos caseros de la Feria Agroecológica que atrae a miles de personas.

En ese espacio, el club realiza, cada sábado de fin de mes, un intercambio de dispositivos electrónicos que están en desuso y que para el común de la gente ya son obsoletos, pero también estimula el aprendizaje y comparte saberes.

“Hacemos circular hardware, no es compra ni venta. Te podés llevar todo y no traer nada, y al revés. La idea es que la gente traiga las cosas que juntan ‘polvo’ en la casa, y que a otras personas les puede servir”, explica Nicolás Wolovick, integrante de Cybercirujas y profesor de Computación en Famaf.

Los cybercirujas (quienes trabajan con la difusión de prácticas y la recuperación de computadoras en desuso) comenzaron en agosto de 2020, en plena pandemia, cuando había mucha necesidad de cómputos- dice Wolovick.

El grupo es multidisciplinario y está formado por personas de diferentes edades y saberes. Trabaja en red junto con otros de Rosario, La Plata y Buenos Aires. “Uno de nuestros lemas es: ningún hardware ocioso ni un ocioso con hardware”, destaca. Y argumenta que ya se fabricaron “todas las cosas” que se necesitan de acá a 20 años.

Por eso, resalta que con esta práctica se estira la vida útil de los aparatos y revela que la mayor contaminación no se produce “en el uso ni en la disposición, sino en la producción”. Y agrega: “Acá, a las máquinas le damos amor”.

CÓMO FUNCIONA

El “Club de Cybercirujas de Córdoba” funciona como un espacio de circulación de herramientas tecnológicas y de promoción al autoaprendizaje sobre éstas. “No entiendo mucho del tema pero comparto la idea. Vamos a llevar algo porque queremos armar una CPU y estamos cirujeando”, cuenta Enzo, que fue con un amigo que sabe algo del tema.

Pero también es un espacio para los más experimentados que buscan algunas herramientas que les puedan servir para sus trabajos, como Augusto Albrisi, programador y analista de sistemas. “Me dedico a armar computadoras desde hace 30 años y ahora ando buscando lo que veo. Me pueden servir para muchas cosas. Hoy encontré y hay que probar si funciona. La idea de los cybercirujas es muy buena”, subraya.

Las personas traen lo que no usan y lo van dejando sobre las mesas dispuestas a lo largo del patio. Hay desde estudiantes hasta mayores de 70.

La idea es animar a las personas a apropiarse de sus propios artefactos, conocerlos, armarlos, y resolver los problemas que tengan, ya sea con una computadora, para cambiar una memoria, poner un disco, cambiar pantallas, entre otras piezas.

“La posibilidad de que puedas hacerlo vos, cambia la perspectiva. Nos gusta el hardware obsoleto”, admite. “Si ya se fabricó, hónralo”, dice Wolovick. A la vez, plantea que “no hay ninguna razón que te impida meter mano, porque es tu computadora al igual que el celular”.

Y deja un mensaje: “La computadora ya se fabricó. Ya produjo el impacto ambiental, entonces estirale la vida útil, actualizala, reparala, ponele software libre. Hacela circular porque a otra persona le puede servir como a vos”.

PARIDAD DE GÉNERO

Cybercirujas promueve la paridad de género y quiere que se sumen más mujeres. “Acá vienen chicas que quieren aprender y apostamos a eso. Les decimos que este espacio no es una huevera”, resalta Wolovick.

Una de las que está buceando en su computadora es Daniela, estudiante de computación que se acercó al grupo: “Vine porque quiero aprender de electrónica. Vi que hay intercambio de conocimientos, eso me sirve porque quiero aprender. Me gustó”, cuenta. Además dice que trajo algunas cosas para dejar.

USO DEL SOFTWARE LIBRE

El mejor aliado para estirarle la vida a la computadora –destaca Wolovick– es el software libre porque Microsoft o Android, una vez que ya tiene tres o cuatros años, no le da soporte a sus productos.

Cybercirujas comparte espacio con Libre Base, un colectivo que trabaja con el software y la cultura libre. Matias Bordone, junto a Juan Muguersa, explican que el software libre es generado por un colectivo de personas que ponen a disposición la información que puede ser adaptada a la necesidad de cada persona.

“El caso más conocido es Linux, un sistema operativo como el de Windows, pero generado por un colectivo de personas que lo ponen a disposición de otras para que lo usemos”, resalta Bordone.

Libre Base instala Linux de manera gratuita y además resuelve consultas, asesora y colabora. Bordone explica que hay mucho miedo de cambiar, “pero cuando se animan, ven que anda muy bien”.

Dónde llevar: el Club de los Cybercirujas se reúne los últimos sábados del mes, de 9 a 13, frente al Data Center de la Universidad Nacional de Córdoba, en Ciudad Universitaria.

Qué llevar: reciben donaciones y entregan aparatos electrónicos y brindan consejos sobre computación. Se puede llevar todo aquello relacionado con las computadoras, impresoras, monitores, teles, equipos de audios, entre otros equipos.


Fuente: https://www.lavoz.com.ar/

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