


Colorida, resistente y ampliamente conocida por su valor ornamental, la bugambilia también posee un notable potencial terapéutico que ha sido aprovechado por diversas culturas, especialmente en América Latina. Aunque su uso más común se vincula con la decoración de jardines y espacios urbanos, investigaciones recientes -publicadas en PubliMed– comenzaron a documentar sus propiedades curativas, especialmente en afecciones respiratorias y procesos inflamatorios.
Esta planta cuenta con flores pequeñas rodeadas de brácteas llamativas que van del fucsia al naranja, púrpura o blanco. Su apariencia es tan vibrante como sus posibles beneficios para la salud, lo que la ha convertido en un recurso habitual en la medicina tradicional. Las infusiones hechas con sus flores secas son un remedio frecuente contra la tos, el dolor de garganta y la congestión.
En regiones como México, Bolivia y Perú, se ha empleado durante generaciones como expectorante natural y en el tratamiento de resfriados. Si bien gran parte del conocimiento sobre sus efectos proviene de la tradición popular, algunos estudios científicos empiezan a respaldar su acción antiinflamatoria, antibacteriana y antioxidante. Estas cualidades, sin embargo, aún requieren más validación clínica.
Con su creciente interés desde la fitoterapia, la bugambilia está siendo objeto de análisis para identificar sus componentes activos. Se han detectado flavonoides, saponinas y alcaloides que podrían explicar sus propiedades medicinales.
Estas son algunas de las propiedades curativas más relevantes de la bugambilia, respaldadas por el conocimiento etnobotánico tradicional y estudios preliminares:
Tos persistente, catarro y dificultad para respirar. Foto Shutterstock.
Preparaciones tópicas tradicionales la utilizan en lavados para calmar erupciones.
Bugambilia en lavados para calmar erupciones leves o irritaciones cutáneas.Aunque suele considerarse segura en dosis moderadas, no se recomienda su ingesta prolongada ni en personas embarazadas, lactantes o con enfermedades crónicas sin supervisión médica. Además, no debe sustituir tratamientos indicados por profesionales de la salud.
La bugambilia no solo embellece paisajes, sino que guarda un potencial terapéutico digno de consideración. Si bien sus aplicaciones tradicionales siguen siendo valiosas, es fundamental acompañar su uso con información precisa y responsable, en espera de nuevas investigaciones que validen y expandan sus beneficios.
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