La relación entre Milagros Micaela Basto y Horacio Grasso habría comenzado un tiempo antes de que se produjera la desaparición de la joven, según relató su hermano Gabriel en diálogo con Telefe. El joven explicó que Grasso había visitado su casa acompañado de su hermana, y que fue ella quien le contó que le había ofrecido un trabajo para vender cubanitos en la calle.
Sin embargo, aseguró que cuando le consultaron quién era ese hombre ella les respondió que “era un ‘sicario’”. De esta forma, Gabriel confirmaba que Micaela conocía al expolicía antes de que se produjera su desaparición.
Tras un tiempo, la joven dejó de aparecer, lo que desató la intensa búsqueda que finalmente culminó con el hallazgo de sus restos el pasado mes de julio, tras permanecer desaparecida durante varios meses. Gabriel recordó la visita del expolicía a su hogar con indignación: “Vino a mi casa ese desgraciado”.
El hermano de Milagros no pudo ocultar su tristeza y el impacto que la pérdida provocó en su familia. “Quiero justicia, que se pudra en la cárcel. Tengo un dolor tremendo”, manifestó.
Ahora, las pericias y declaraciones serán claves para reconstruir las últimas horas de vida de Milagros y esclarecer los detalles de un caso que causa conmoción en Córdoba.
