
Sobre una lomada en el Valle de Punilla, Córdoba, la Casa en el Dragón, de Cristián Nanzer, se conforma a partir de un basamento de piedra con hormigón encofrado y una pieza elevada que se posa suavemente en el terreno para luego despegarse en busca de las visuales más lejanas.
La casa se despega buscando las mejores visuales.Su nombre proviene de su cercanía con el Cerro El Dragón, ubicado entre las localidades de La Falta y Huerta Grande. Con orientación norte-sur y vistas 360º, logra perspectivas más amplias hacia el oeste. Vigas y placas de hormigón rodean la casa, protegiéndola hacia el sur y permitiendo un campo visual más extendido hacia el norte.
Materiales naturales en un entorno natural.
El hormigón visto, la piedra y el vidrio son los materiales que predominan en el proyecto.El arquitecto describe la esencia brutalista y la estética austera de la vivienda como resultado de la mano de obra local. Esta suma de imperfecciones, junto con el diseño estructural de la casa, es lo que define el espíritu de la obra.
ImplantaciónPara Nanzer, “cuando la estructura determina la arquitectura, es decir se fusiona la expresión con su condición tectónica y sísmica, es posible mantener el control de la obra”.
La planta principal se apoya sobre el basamento.La lógica material, sostiene el arquitecto, es la implementación de la menor cantidad posible de materiales, resolviendo toda la casa con hormigón, piedra y vidrio.
A un lado del acceso, el estar comedor; al otro, la suite.Esta honestidad absoluta se corresponde con las instalaciones a la vista y la fuerte presencia de la estructura.
Corte longuitudinal.
Arquitectura y construcción
Como estrategia sustentable se aplicaron técnicas y materiales de construcción locales, que no impliquen traslados excesivos, como la escaya de piedra sobrante de las contenciones de caminos en los muros. Los aventanamientos son de DVH y están orientados para su mejor rendimiento térmico.
Nanzer revela que durante las primeras etapas de proyecto no se abordó el tema de la materialidad para evitar condicionantes estilísticos. Las discusiones iniciales fueron sobre los planos de planta de la obra.
El acceso a la planta superior.El arquitecto prefirió evitar la presentación de imágenes o renders a su comitente durante el avance del proyecto, ya que considera superficiales a estos recursos.
Un gran balcón corrido prolonga las áreas principales de la casa.
Casa en el Dragón, de Cristián NanzerDesde el inicio del encargo, el comitente dejó en claro que deseaba que el paisaje fuera protagonista. Cumpliendo esa premisa, la casa acompaña el escenario natural e incorpora los ciclos de la naturaleza a la arquitectura.
La llegada a la planta superior.En todas las fachadas los límites son borrosos gracias a las zonas de umbrales intermedios que conforman la secuencia entre interior y exterior. El ideal es percibir a la casa como parte de su paisaje natural circundante. Nanzer expone a la casa como un marco y la intención de que los materiales en crudo reflejen el paso del tiempo se percibe en la piedra, el hormigón y el hierro oxidado.
El estar comedor es un único ambiente separado virtualmente por el hogar.El sol impacta en las fachadas, aclarando las que más luz reciben. En tanto, en la montaña, la vegetación cubre los sectores con más asoleamiento. El tratamiento paisajístico del terreno incluyó especies autóctonas y suculentas, que, al igual que la casa, requieren un mínimo mantenimiento.
La sala principal goza de excepcionales vistas.El arquitecto se hace cargo de la estructura y la envolvente que garantizan la habitabilidad pero se plantea libertad absoluta con el resto de los elementos, como el equipamiento.
La planta baja, concebida como un basamento tectónico, se resuelve mediante muros de hormigón ciclópeo que contienen los dormitorios para huéspedes, un taller de artesanías, los espacios de servicio y el acceso desde la cochera, integrándose a su vez con un ámbito de expansión exterior.
Sobre este nivel se dispone la planta alta, configurada a partir de una estructura independiente de hormigón visto. Su organización se basa en una matriz modular de pórticos de 6 metros de luz, acompañada por voladizos perimetrales.
El estar y el comedor se abren al noroeste.
Todo en su medida
La modulación se adapta al programa: luces de 6 metros para el área social y de 3 metros para la zona íntima. Ambas franjas funcionales, claramente diferenciadas, se articulan a través de un amplio hall de acceso que, desde el ingreso principal, enmarca una apertura visual hacia el paisaje sur.
Nanzer cree que los arquitectos deben ser conscientes de las graves consecuencias de intervenciones sin ética ambiental o pensamiento sostenible.
El hormigón ciclópeo es uno de los materiales que le da fuerte caracter a la obra.Cómo lograr una experiencia espacial movilizadora que no recaiga en clichés estéticos o estilísticos del momento y a la vez ser amables con el entorno natural, son algunos de los dilemas y objetivos que aborda la Casa en el Dragón. «
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