
En el segmento “el Cafecito ” de 3 Poderes, los periodistas Mariano Bergero y Julián Cañas analizaron el delicado momento que atraviesa la UCR tras el muy mal desempeño electoral. Según remarcaron, el radicalismo llegó a la elección “sin acompañamiento del partido”, con una candidatura —la de Ramón Javier Mestre— sostenida “de manera precaria” y sin estructura sólida detrás. Ante ese escenario, coincidieron en que la reconstrucción comienza por donde el partido todavía tiene fuerza real: los intendentes.

Actualmente, la UCR cuenta con 170 intendentes, un insumo político clave para reorganizarse. Sin embargo, no todos permanecieron alineados. “Algunos —dicen— un centenar”, coquetearon con el oficialismo provincial, apostando a que el armado de Provincia Unida tendría mayor volumen y arrastre. Se mostraron con Schiaretti y otros dirigentes del PJ, replicando una dinámica histórica: acuerdos tácitos en los que el peronismo garantiza no competir en ciertas localidades a cambio de apoyo en momentos clave.
En este contexto, De Loredo decidió romper la lógica tradicional. En la misma entrevista, lanzó una advertencia directa a los jefes comunales radicales que se acerquen al oficialismo provincial: “Los que jueguen con el oficialismo van a tener candidatos que les vamos a plantar nosotros”. Para Bergero y Cañas, se trata de una contraofensiva inédita, al menos públicamente, dentro de la UCR cordobesa: un mensaje de disciplinamiento interno para ordenar la tropa en plena reconstrucción.
Resta ver si esta estrategia llegará a la práctica, pero lo concreto —tal como señalaron en Tres Poderes— es que la conducción radical envió una señal fuerte: quien se vaya, que se haga cargo de las consecuencias cuando busque revalidar poder en su localidad. Un gesto de autoridad que marca un cambio de etapa y un reacomodamiento profundo en el mapa político provincial.




