CRISIS EN CÓRDOBA: crece la compra y venta de uniformes escolares usados

Se trata de una tendencia que nació tras la pandemia y que ahora se consolida con la crisis económica. El ahorro en un conjunto de una escuela privada puede llegar hasta el 60%.

Con la inflación en alza, los consumidores buscan estrategias para ahorrar dinero en artículos de primera necesidad, como por ejemplo la vestimenta. Así, se impuso en Córdoba la moda circular y ya existen diferentes circuitos de ferias y grupos en redes sociales que comercian prendas de vestir de segunda mano.

La tendencia se trasladó ahora a la ropa de uso diario, como los uniformes escolares de niños y adolescentes. Y es más evidente en esta época del año, cuando padres y madres se enfrentan a la necesidad de renovar la ropa para el colegio de sus hijos.

Desde diferentes colegios de Córdoba se organizan por estos días grupos de compra y venta. “Empezó por el lado económico, del ahorro, más allá de la moda circular que hoy está presente”, comenta Guadalupe Sosa, quien participa en un grupo de chat de 300 padres y madres.

La compra y venta de uniformes usados se promociona a través del boca en boca, en algunos casos en ferias y la mayoría de las veces por WhatsApp. El movimiento comenzó después de la pandemia, cuando muchas familias tenían ropa impecable comprada en marzo de 2020 y los niños debieron abandonar la modalidad presencial.

“El grupo en el que estoy nació cuando la mayoría había comprado prendas nuevas en 2020 y nunca fueron usadas”, cuenta Guadalupe Sosa. Al año siguiente, sus hijos crecieron y empezó el intercambio de los uniformes. “Estaban excelentes y fue para no perder plata. Algunos intercambiaban por lo mismo, sin plata de por medio, y otros vendían”, detalla desde su experiencia.

La modalidad es con consulta directa y hay quien ofrece, quien compra y todos interactúan. Los que quieren hacer una compra están atentos a todos los detalles de las prendas para que sean útiles. También se ofrecen libros de lectura, que en muchos casos terminan el ciclo lectivo impolutos.

ESTRATEGIAS PARA ABARATAR COSTOS

Las prendas ofrecidas vía grupos de WhatsApp por lo general generan un ahorro del 50% al 60% si se las compara con los precios de uniformes nuevos. Hoy, una falda de uniforme para adolescentes puede salir como mínimo $ 8 mil; un buzo cuesta $ 10 mil; mientras que los calzados alcanzan los $ 12 mil.

En un momento en el que los sueldos no alcanzan para llegar a fin de mes, y con muchos colegios exigiendo que los chicos y chicas asistan con el uniforme reglamentario, esta opción se presenta con una relación óptima de costo y beneficio.

“Es cuestión de que cada uno sepa cuánto quiere invertir y evaluar el estado de los uniformes”, opina Antonella Alifano, quien tiene dos hijos varones en un colegio de la zona norte de la ciudad de Córdoba.

Los alumnos de instituciones privadas, por lo general, utilizan varios conjuntos de uniformes: el diario, el deportivo y algunos cursos incorporan otros relacionados a la promoción. “Son prendas específicas y cada una suma, ya que en un combo representan mucho dinero”, señala Antonella.

Las madres comentan que por el monto que comprarían un buzo nuevo pueden acceder a la misma prenda y a una campera usadas. “Prefiero que mis hijos tengan más abrigos y más posibilidad de recambio, antes de que todo sea nuevo”, agrega la mamá.

Claudia Pereira, madre de un niño en sexto grado, es una más de las que aprovechan estas oportunidades: ya compró unos pantalones, una remera y unos zapatos, todo por $ 5.500. “Me habré ahorrado unos $ 30 mil aproximadamente en este caso y los uniformes nuevos me parecen excesivamente caros”, sostiene.

CIRCUITO EXTENDIDO

Si bien los grupos de compra y venta de uniformes usados nacieron cuando se reanudaron las clases luego de la pandemia, y entre personas que se conocían de la comunidad escolar, fueron mutando hasta alcanzar a otros integrantes, y sumando diversos artículos.

Así, se convirtieron en grupos de compra y venta general, con personas participando por fuera de la comunidad escolar.

Algunos chats se mantuvieron y resultaron en un medio de oferta para otros artículos, algunos escolares, con emprendimientos con diferentes propuestas para niños y adultos, incluyendo la venta por catálogo o de artefactos eléctricos. “Lo que se puede vender, se vende”, dice Claudia Pereira, otra de las adherentes a esta nueva tendencia.


fuente: https://www.lavoz.com.ar/

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