Un hecho ocurrido en la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano de Córdoba marcó un punto de inflexión en la forma en que la justicia aborda los delitos digitales. Un estudiante de 18 años será llevado a juicio acusado de haber utilizado inteligencia artificial para generar imágenes pornográficas falsas de sus compañeras de escuela, menores de edad, y difundirlas en plataformas para adultos.
Según consta en la causa, el joven empleó la técnica conocida como face swapping para superponer los rostros de las adolescentes –de entre 15 y 16 años– sobre cuerpos desnudos obtenidos de sitios pornográficos. Las imágenes, además, incluían frases con connotaciones sexuales y enlaces que dirigían a los perfiles reales de las víctimas en redes sociales. Como consecuencia, las jóvenes comenzaron a recibir mensajes y solicitudes de desconocidos, generando una situación de hostigamiento sostenido.
El hecho salió a la luz a mediados de 2024 y, tras meses de investigación, dos de las tres causas presentadas por el abogado José Dantona, representante de las víctimas, ya fueron elevadas a juicio. La tercera se encuentra en proceso de definición. Ante la falta de una figura legal específica que tipifique esta clase de manipulación digital en el Código Penal argentino, la fiscalía decidió encuadrar el caso como “lesiones graves calificadas por razones de género”.
“Las adolescentes sufrieron daños psicológicos serios, con síntomas compatibles con un trastorno de estrés postraumático moderado a severo”, explicó Dantona, en base a las pericias interdisciplinarias. El informe detalla que las jóvenes atravesaron una pérdida del rendimiento académico, desmotivación en sus actividades cotidianas, vergüenza y temor.
La defensa del acusado, a cargo del abogado Claudio Orosz, todavía tiene margen para presentar recursos ante el juez de control y, eventualmente, recurrir a la Cámara de Acusación. Sin embargo, desde la querella aseguran que el avance del proceso judicial representa un paso firme en la discusión sobre los límites del uso de la inteligencia artificial y los delitos que pueden derivarse de su utilización con fines de violencia de género.
