
Según la abogada Tamara Bezares, el 70% de los padres en la provincia de Buenos Aires no cumple con la cuota alimentaria. Denuncia un sistema lento, desigual y con registros vacíos en el interior del país.
Luego de que se impidiera el ingreso al recital de Los Piojos en el estadio de River a dos personas por figurar como deudores alimentarios, se encendió la alarma sobre una problemática creciente en Argentina: el incumplimiento de la cuota alimentaria. En la provincia de Buenos Aires, siete de cada diez padres no cumplen o lo hacen parcialmente, según confirmó la abogada feminista y especialista en Derecho de Familia, Tamara Bezares.
Incumplimiento alimentario: una forma de violencia económica
“El no pago de la cuota alimentaria está tipificado como violencia económica, y por eso fue necesaria una larga lucha para lograr la creación del registro de deudores morosos”, explicó Bezares en el programa Tiempo de Policiales, por ATP Radio. A pesar del avance normativo, las cifras son alarmantes: a nivel nacional, sólo 11 mil personas están inscriptas en el registro, de las cuales 2.900 corresponden a CABA. “Es decir, son muy pocos los padres a los que efectivamente se les restringe el acceso a eventos o beneficios recreativos”, afirmó.
Bezares detalló que para ingresar a un deudor en el registro se necesita un proceso judicial complejo y costoso. “Para llegar a esa instancia, la mujer debe iniciar un juicio, pagar abogados, obtener una sentencia firme y luego pedirle al juez que determine si hay incumplimiento. A veces, con solo un pago parcial, los jueces dicen que hay voluntad de pago y no avanzan”, señaló.
“Las estadísticas son muy malas. Antes se exigían tres cuotas impagas, hoy con una sola se puede pedir la inscripción, pero aún así muchas mujeres no acceden por la burocracia y la falta de recursos.”
Realidades dispares y registros que no reflejan el problema
En el interior del país, la situación es aún más preocupante. Bezares denunció que hay provincias donde “sólo hay una o dos personas inscriptas, lo cual es una burla, porque todos sabemos que hay muchos más hombres que no cumplen con sus obligaciones alimentarias”. La letrada también cuestionó el valor de las cuotas provisorias fijadas por algunos jueces: “A una clienta, el juez le determinó $30.000 como cuota, y el padre era dueño de una empresa. Es un chiste”.
La abogada también advirtió sobre el impacto económico en los hogares con jefatura femenina: “Muchas madres terminan endeudadas porque deben recurrir a préstamos para compensar la falta de aportes de los progenitores”. Además, reflexionó sobre los cambios culturales en torno a la paternidad: “Los chicos se están criando distinto. Hoy las masculinidades tienen más permisos que antes. Los hombres no criaban, no lloraban. Ahora hay cambios, y esperamos que no se den marcha atrás”.
“Queremos que no haya más violencia económica. Y para eso hacen falta más abogados que se comprometan con este tema, porque es una cuestión social de primer orden.”