
El radicalismo volvió a imponerse con claridad en Corrientes y consolidó su poder en la provincia. En esta ocasión, Juan Pablo Valdés, hermano del actual gobernador Gustavo Valdés, se quedó con la elección en primera vuelta, superando por amplio margen al candidato peronista Martín “Tincho” Ascúa, que quedó en segundo lugar. El resultado reafirmó la fortaleza del oficialismo local y dejó en evidencia las dificultades de la oposición para construir una alternativa competitiva.
Los comicios también marcaron un hecho político relevante: Gustavo Valdés relegó al tercer puesto a su ex jefe político, Ricardo Colombi, y al cuarto lugar al libertario Lisandro Almirón. De esta manera, la contienda electoral volvió a mostrar el peso de los liderazgos provinciales frente a otras expresiones, en un escenario que reacomoda las correlaciones de fuerza dentro de la política correntina.

Otro dato significativo de la jornada fue la magra performance de La Libertad Avanza. El espacio libertario, que había tanteado un acuerdo con el oficialismo, finalmente decidió competir en soledad y obtuvo un resultado muy por debajo de sus expectativas. La elección se dio en medio de las tensiones por el escándalo de los audios de Diego Spagnuolo y en la antesala de la votación en la provincia de Buenos Aires, lo que le otorga aún más peso político al revés sufrido.

“El resultado muestra que los correntinos acompañaron un Gobierno con mucho contenido social, con obra pública y concepto claro con industrializar la provincia buscando inversiones y generando puestos de trabajo”, afirmó Javier Bee Sellares, el funcionario cordobés de la gestión de Valdés. En diálogo con La Voz En Vivo, explicó que si bien el gobernador apoyó a Javier Milei en sus inicios, la posibilidad de un acuerdo electoral con La Libertad Avanza se frustró porque “encaró una negociación por los espacios que parecía la casta buscando los lugares en las listas”. Según el dirigente, esa actitud, sumada a una postura “bastante belicosa respecto de la administración provincial”, terminó por sellar la ruptura entre ambos espacios.