Las estancias jesuíticas de Córdoba ofrecen una experiencia única que combina arquitectura colonial, naturaleza y memoria histórica. Este circuito, reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2000, se puede recorrer desde la capital provincial en auto o en excursiones guiadas. Las protagonistas del viaje son cinco estancias distribuidas entre valles y sierras, junto con la Manzana Jesuítica ubicada en pleno centro cordobés.
Cinco joyas coloniales para descubrir
- –Estancia Caroya: La más antigua, construida en 1616, fue clave en la producción vitivinícola y agrícola. Más tarde, recibió inmigrantes friulanos y fue fábrica de armas durante la independencia.
- –Estancia Jesús María: Fundada en 1618, hoy es sede del Museo Jesuítico Nacional. Conserva una antigua bodega, iglesia y documentos sobre la Ruta del Esclavo.
- –Estancia Santa Catalina: La más impactante visualmente. Fundada en 1622, deslumbra con su iglesia de dos torres y un gran complejo rural productivo.
- –Estancia Alta Gracia: Construida en 1643, destaca por su iglesia barroca sin torres y por albergar el Museo del Virrey Liniers.
- –Estancia La Candelaria: En Cruz del Eje, fue la más grande de todas. Su arquitectura de fortaleza y los vestigios de la ranchería la convierten en una parada clave.
Cómo organizar tu escapada
El circuito puede hacerse en dos o tres días, dependiendo del ritmo de cada viajero. Las estancias están bien señalizadas y son accesibles desde la ciudad. Algunas ofrecen visitas guiadas gratuitas, y otras tienen entradas a precios muy accesibles. Esta escapada es ideal para quienes buscan historia, tranquilidad y una conexión profunda con el legado cultural del país.
