El debate sobre las privatizaciones vuelve a ser tema de conversación en Argentina. Esta vez, bajo el mandato del presidente Javier Milei, quien planea privatizar empresas estatales con la excusa de combatir los “negocios públicos de la Casta” y reducir el déficit fiscal. Sin embargo, Córdoba, una de las provincias más fuertes del centro del país, ha tomado un rumbo inesperado: busca provincializar algunas de las empresas de base tecnológica que el gobierno nacional pretende liquidar.
El gobernador Martín Llaryora ya ha manifestado su intención de adquirir estas empresas a cambio de la deuda que el Estado nacional mantiene con la provincia. Esto marca un contrapunto con la estrategia de Milei, quien busca desprenderse de los activos estatales en su esfuerzo por estabilizar la economía sin emisión ni gasto público.
Las “joyas de la abuela” en juego
El término “joyas de la abuela” ha sido utilizado históricamente para describir los bienes más valiosos del Estado, y entre ellos se destacan empresas tecnológicas y científicas como INVAP, ARSAT o FAdeA. Estas compañías no solo representan activos estratégicos para el país, sino que también son clave en el desarrollo de tecnología avanzada y en la innovación.
Para el gobierno de Córdoba, la adquisición de estas empresas podría suponer un enorme salto económico y tecnológico. Además, este movimiento no es solo una jugada económica, sino también una apuesta política que refuerza la posición de la provincia como un actor clave en la modernización y desarrollo industrial de Argentina.
Provincializar y el contexto: deuda y poder político
La propuesta de provincialización de las empresas en cuestión no solo busca mantener estos activos dentro del control estatal, sino también compensar a Córdoba por la deuda que la Nación tiene con la provincia. Esta deuda se ha convertido en un tema de creciente tensión entre las dos administraciones, y la negociación en torno a las empresas tecnológicas podría servir para aliviar las finanzas cordobesas sin recurrir a emisión o préstamos internacionales.
Un choque ideológico con Milei
El plan de Martín Llaryora también marca un claro contraste con la visión del presidente Milei. Mientras el gobierno nacional insiste en que la privatización es el camino para liberar al Estado de sus obligaciones y reducir el déficit fiscal, la estrategia cordobesa plantea una visión más federalista, en la que las provincias asumen un mayor control sobre sus recursos y empresas estratégicas.
Este conflicto entre centralización y provincialización de los activos estatales podría ser uno de los grandes temas de debate en los próximos meses, especialmente cuando se trate de empresas tecnológicas que desempeñan un rol crucial en áreas como la comunicación y la industria aeroespacial.