Desde hace 15 años, el Padre Mariano Oberlín lleva adelante una lucha constante frente a la problemática de las drogas en barrio Müller. Sin embargo, está presenciando algo poco común: ahora, los hijos son los que piden ayuda para sacar a sus padres del consumo de sustancias.
Los hijos piden ayuda para rescatar a sus padres de la droga
Oberlín relató el caso de una niña de 12 años que le solicitó asistencia, manifestando que su papá no quería modificar su conducta con respecto a las drogas y que ella no resistía más la situación. Esto le resulta esperanzador, ya que un menor viviendo en un ambiente difícil puede generar pensamientos diferentes y solicitar auxilio. La fundación que encabeza Oberlín se llama Moviendo Montañas, y simboliza el esfuerzo por desplazar algo que parece imposible.
El objetivo principal del párroco es asistir a los jóvenes, no confrontar a los narcotraficantes. No obstante, visibilizar la situación trae sus propios riesgos. Una excepción a la regla de no denunciar ocurrió con la aparición del paco, una sustancia que violaba todos los límites, generando graves amenazas al equipo. En este sentido, las drogas vendidas en el barrio poseen baja concentración de cocaína, a veces solo diez por ciento. El resto es cortado con pastillas, talco o aditivos peores, incluso veneno.
Señaló que la crisis va más allá del narcotráfico. El problema real es un vacío existencial generado por el consumismo, presente en sectores de alto nivel socioeconómico, al igual que en las personas carenciadas. Su máxima aspiración es que el inconveniente desaparezca para que su institución ya no sea requerida.
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