El caos desatado en Aeroparque por una asamblea sorpresiva de empleados de Intercargo, que afectó a cientos de pasajeros y generó cancelaciones de vuelos, derivó en la decisión del Gobierno de desvincular a 15 trabajadores de la empresa.
El ministro de Economía, Luis Caputo, fue quien anunció la medida a través de X, y justificó los despidos argumentando que los empleados “tomaron de rehenes a los pasajeros a través de un piquete aéreo”. Según el funcionario, en el marco de las políticas actuales, “no vamos a permitir estos mecanismos de extorsión”.
La Secretaría de Transporte explicó que entre los cesanteados hay 12 choferes, 2 supervisores y 1 coordinador de micros, acusados de haber interrumpido el traslado de pasajeros de aerolíneas como Flybondi, Jetsmart y Latam, lo que llevó a que cientos de personas quedaran retenidas dentro de las aeronaves durante horas.
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Paro sorpresivo de Intercargo en Aeroparque
La situación estalló el miércoles cuando, tras el despido de un trabajador de Intercargo, los empleados realizaron una asamblea sin previo aviso, que inició cerca de las 11 de la mañana y paralizó la actividad en Aeroparque, generando la cancelación de al menos 26 vuelos. Aerolíneas Argentinas fue la única compañía que logró operar con normalidad debido a que emplea su propio personal de rampa.
Franco Mogetta, secretario de Transporte, expresó su rechazo al accionar de los empleados, señalando que el derecho a huelga “no puede ser la excusa para torturar gente”.
En paralelo, el Ministerio de Seguridad presentó una denuncia penal contra miembros de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) y de Intercargo, acusándolos de privación ilegítima de la libertad, extorsión y obstrucción del transporte aéreo. La denuncia, encabezada por el abogado Fernando Oscar Soto, destaca que la medida de fuerza provocó que más de 900 personas quedaran atrapadas en aeronaves en Aeroparque, mientras que otros 1.300 pasajeros fueron afectados en vuelos demorados en Ezeiza.
Desde el sindicato APA, el titular Edgardo Llano defendió la acción de los trabajadores y negó que los pasajeros hayan sido “rehenes”, enmarcando la medida de fuerza como una protesta legítima en respuesta a la reciente desvinculación de un empleado de Intercargo.