Cómo interpretar a la medicina ancestral

El médico cirujano Sandro Rodríguez, de origen diaguita, manifestó a Canal C que, para los pueblos andinos, hay una sola enfermedad: la pérdida del ánimo.

En medio de la cotidianeidad, en la que el tiempo corre y los contratiempos parecen surgir de la nada, una mirada sobre disciplinas no tradicionales abre el juego a la diversidad, en un país donde casi dos millones de personas se reconocen como descendientes de pueblos originarios. El médico cirujano (UNC) Sandro Rodríguez explicó a Canal C por qué se mantiene vigente y cuál es la diferencia de la medicina de los pueblos originarios.

Rodríguez, miembro de la cátedra de antropología de la Facultad de Medicina de la UNC, explicó en el programa Entre Tiempo, que se transmite los martes a las 22 hs, que en las comunidades originarias “no existe el antropocentrismo que es el eje de la cultura occidental”, de origen grecorromano. El hombre no es el centro, sino un elemento más en una red que también componen los animales, las plantas, los cerros y el fuego, entre otros.

Canal C Argentina en el IX Simposio Internacional de Medicina Fetal y Diagnóstico Ginecológico de Córdoba

Recordó que la medicina occidental se centra en el cuerpo, aunque ya se registran nuevas interpretaciones, mientras que “en los pueblos originarios, toda enfermedad fue previamente una emoción”, y reconoció que recién en los últimos años se está reconociendo lo psicosomático en la ciencia médica.

“En los pueblos andinos decimos que hay una sola enfermedad, que es la pérdida del ánimo, que se manifiesta de muchas formas en lo físico”, explicó el médico proveniente de la comunidad diaguita. Señaló que la medicina ancestral es efectiva, “sino no existiría más”.

Para detallar cómo es la medicina ancestral, aclaró que en los pueblos andinos también existen especialistas, como en la medicina occidental, pero siempre con una mirada integral. Reseñó la existencia de “hueseros” para el tratamiento general de fracturas u otras enfermedades de los huesos, pero hizo hincapié en el trabajo de los “cualaguayas”, quienes saben dialogar y activar las cualidades de las plantas curativas.

En ese aspecto, dijo que no sólo se extrae el principio químico de los vegetales, sino que se los observa culturalmente como un ser vivo que actúa sobre la enfermedad. Además, señaló que desde la conquista de América se produjo un “epistemicidio”, y que muchos saberes han ido desapareciendo bajo la mirada occidental.


fuente: CANALC

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