Cómo cuidar a tu perro en verano: cada cuánto es recomendable bañarlo, según profesionales

La llegada del verano impone ajustes en los hábitos de higiene del perro, especialmente en regiones donde el calor y la humedad se intensifican. En esta etapa, distintos especialistas analizan las necesidades que surgen y las claves para reconocer señales de incomodidad.

La frecuencia del baño, el tipo de productos permitidos y la reacción del animal frente a las altas temperaturas forman parte de las consultas más comunes entre tutores y veterinarios.

En esta temporada, el comportamiento del animal puede cambiar debido al aumento térmico. Algunos presentan mayor actividad durante las primeras horas del día, mientras que otros muestran descanso prolongado en ambientes frescos. Comprender estas variaciones permite establecer rutinas más seguras.

Cómo cuidar a tu perro en verano: cada cuánto es recomendable bañarlo, según profesionales. Foto: Freepik.Cómo cuidar a tu perro en verano: cada cuánto es recomendable bañarlo, según profesionales. Foto: Freepik.

Además, distintos profesionales remarcan que no todos los ejemplares reaccionan igual ante el calor. El pelaje, el tamaño y la edad influyen de forma directa en los cuidados de higiene. Debido a esto, la frecuencia ideal para el baño puede diferir según cada animal.

También se detalla que la humedad acumulada, la exposición al sol y la actividad física determinan la necesidad de revisar con mayor atención la piel y el manto del animal. Por este motivo, especialistas recomiendan observar cambios en la textura, el olor o la presencia de enrojecimientos para ajustar la rutina estival.

Por estas razones los profesionales recomiendan bañar a tu perro en verano cada dos a cuatro semanas (15-30 días) como pauta general, aunque la frecuencia ideal varía por raza y estilo de vida que lleve el perro.

Perros de pelo corto, es recomendable bañarlos cada 1 y 4 semanas; pelo largo, cada 2 a 6 semanas; y aquellos muy activos o propensos a la suciedad, cada 1-2 semanas, usando cepillado frecuente para mantener la higiene entre baños y evitar dañar la piel eliminando aceites naturales.

El baño del perro durante el verano no depende únicamente del clima, sino también del estado del pelaje y de la sensibilidad cutánea. Muchos veterinarios destacan que los ejemplares con piel seca requieren intervalos más amplios entre cada higiene, mientras que aquellos con mayor exposición al aire libre pueden necesitar controles más frecuentes.

Asimismo, se subraya que la humedad del ambiente influye en la duración del olor y en la necesidad de revisar el manto. Otro factor que incide en esta práctica es el tipo de shampoo utilizado. Los productos neutros o formulados específicamente para animales ayudan a mantener el equilibrio natural de la piel.

En cambio, los productos no aptos pueden generar irritación o resequedad. Por eso, se insiste en evaluar el tipo de fórmula antes de incorporarlo en cualquier rutina de baño durante el verano.

Cuidados del pelaje y la piel del perro durante las altas temperaturas.Cuidados del pelaje y la piel del perro durante las altas temperaturas.

Profesionales también remarcan la importancia de un enjuague adecuado. La permanencia de residuos afecta la piel y favorece molestias posteriores. Por lo tanto, la recomendación es observar el manto después de cada baño y asegurarse de que no queden restos de jabón, especialmente en áreas de mayor sensibilidad.

El secado es otro punto que genera consultas frecuentes. Mantener humedad entre las capas del pelaje puede provocar incomodidad y condiciones desfavorables para la piel. De esta forma, los especialistas sugieren un secado completo, incluso en días cálidos.

Cuidados del pelaje y la piel del perro durante las altas temperaturas

El aumento térmico exige un control más frecuente del estado del pelaje del animal. El cepillado regular ayuda a eliminar suciedad acumulada, restos de pelo muerto y posibles enredos, lo que mejora la ventilación natural del manto. Mantener el pelaje en buenas condiciones contribuye a reducir la sensación de calor y minimiza el riesgo de irritaciones.

La piel del perro puede reaccionar ante el contacto prolongado con superficies calientes. Los profesionales recomiendan evitar paseos sobre suelos que alcancen temperaturas elevadas, ya que esto puede provocar molestias en zonas delicadas.

Asimismo, el aumento del sudor y la actividad en espacios húmedos incrementan la necesidad de revisar zonas específicas del cuerpo. La observación frecuente permite evitar acumulación de humedad y detectar alteraciones a tiempo.

fuente: CLARIN

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