César Troncoso y Marcelo Subiotto, sobre El Eternauta: No estábamos haciendo cualquier cosa

De repente, una noche de truco entre amigos se convierte en otra cosa. El tocadiscos se para, la luz y los teléfonos desaparecen. Y, en pleno verano, empieza a nevar con aroma a muerte.

Así es como Bruno Stagnaro nos mete de lleno en el comienzo de la largamente esperada adaptación audiovisual de El Eternauta, novela de ciencia ficción escrita por Héctor Oesterheld e ilustrada por Francisco Solano López que, a casi 70 años de su publicación original, finalmente ha encontrado una versión a la altura de su mito.

Troncoso (izquierda) y Subiotto (derecha) interpretan a dos de los amigos de Juan Salvo (Ricardo Darín). (Gentileza Marcos Ludevid / Netflix).
Troncoso (izquierda) y Subiotto (derecha) interpretan a dos de los amigos de Juan Salvo (Ricardo Darín). (Gentileza Marcos Ludevid / Netflix).

Con dirección de Stagnaro, y con guion del también realizador de Okupas y de Un gallo para Esculapio junto con el actor Ariel Staltari, la producción se destaca por su fuerte impronta a nivel técnico, con efectos especiales que son centrales en su trama y un escenario apocalíptico que convierte a la capital argentina en “tierra de nadie”.

Además, un elenco plagado de figuras (Ricardo Darín, Carla Peterson, César Troncoso, Andrea Pietra, Marcelo Subiotto, o el propio Staltari) da sustento a una versión contemporánea de la historia que actualiza los sucesos narrados en la historieta sin dejar de lado su esencia como historia de supervivencia y superación colectiva.

Marcelo Subiotto (Lucas) y César Troncoso (Favalli), parte del prestigioso elenco con el que contó Bruno Stagnaro para filmar
Marcelo Subiotto (Lucas) y César Troncoso (Favalli), parte del prestigioso elenco con el que contó Bruno Stagnaro para filmar “El Eternauta”. (Gentileza Marcos Ludevid / Netflix).

Nadie se salva solo

César Troncoso y Marcelo Subiotto encarnan a dos de los amigos de Juan Salvo, el protagonista inmortalizado por Ricardo Darín.

El actor uruguayo interpreta a Alfredo Favalli, un coleccionista/acumulador al que, según él mismo dice, la supervivencia se le da bien. Subiotto se pone en el papel de Lucas, otro de los compañeros de juego de Salvo que, a diferencia de Favalli, parece tener una actitud más temerosa frente a los hechos que harán que su prometido ascenso se vuelva intrascendente.

Ambos son parte de la red original de personajes que incluía El Eternauta en su primera versión, allá por 1957. Los dos son figuras centrales en el desarrollo de la historia, aunque cada uno a su manera. Y sus intérpretes son también la voz oficial del elenco que integra la adaptación de Netflix en la entrevista conjunta que concedieron a La Voz días antes del estreno de la primera temporada de la que es la gran apuesta de Netflix para Argentina en este 2025.

–¿Cómo fue el abordaje actoral que hicieron de sus personajes teniendo en cuenta la adaptación de la historia original?

–Subiotto: Nosotros abordamos este material desde un guion ya escrito, que ya tenía toda esa información nueva que uno debía procesar y organizar para poder actuar los episodios y el desarrollo de cada personaje. Y creo que a los personajes se les fueron sumando unas capas de cierta contemporaneidad que los hace más ricos y siento que más interesantes, ¿no?

–Troncoso: Yo no tengo mucho método de trabajo, pero me parece muy bien que haya habido una adaptación. Primero, porque refresca el material que se generó en el año ’57 del siglo pasado, pero también porque te permite a vos correrte del lugar de la representación de aquellos personajes icónicos. Eso te da un cierto aire, te da una chance de fluir de mejor manera dentro de la adaptación que si hubiera sido el Favalli de la historieta original. Yo me lo tomé con relativa calma. Hay un momento en el cual vos tenés que desprenderte del modelo que alguna vez tuviste para poder construir lo tuyo sin que eso te pese, sin que sea una espada de Damocles sobre tu cabeza.

El detrás de escena de la filmación de El Eternauta
El detrás de escena de la filmación de El Eternauta

–¿Cuál fue la primera reacción de ambos al ser convocados y cómo definirían la experiencia de hacer ciencia ficción “a la argentina”?

–Troncoso: Mi reacción fue de felicidad. Yo ya conocía El Eternauta, pero, además de que me parecía maravilloso tener el personaje que terminé teniendo, lo que me pareció fabuloso también es hacer ciencia ficción. Siempre digo lo mismo: cuando yo empecé a interesarme por el tema de la actuación, no fue por el teatro de texto. Me empecé a interesar por las películas de cowboys, de invasión extraterrestre, de terror. Es eso lo primero que te fascina: lo que veías en la televisión los sábados a la tarde. En nuestras latitudes es muy difícil realizar este tipo de cine más de género, y sin embargo viene El Eternauta y vos decís “chau, estoy sumergido en una invasión extraterrestre”. Es maravilloso.

–Subiotto: El abordaje de trabajo en ciencia ficción es supergratificante para hacer, para mí era nuevo, no lo había hecho, y menos en las dimensiones que lo presenta la serie. Eso fue algo superrico para mí. Y en cuanto a la convocatoria, no dejás todo el tiempo de pensar, durante los seis, siete meses de rodaje, que estás haciendo El Eternauta. Eso estuvo siempre presente: que no estábamos haciendo cualquier cosa, que estábamos dándole vida, color, sonido, movimiento a aquello que estuvo en el papel durante tantos años, y que es como una institución. Eso siempre estuvo presente, pero no como una traba, sino como una motivación: “Che, estamos haciendo El Eternauta, la p… madre”.

Subiotto junto a Andrea Pietra (Ana) y Carla Peterson (Elena) en una escena de
Subiotto junto a Andrea Pietra (Ana) y Carla Peterson (Elena) en una escena de “El Eternauta”. (Gentileza Marcos Ludevid / Netflix).

–“Lo viejo funciona” es una reflexión que parece en la serie. ¿Los hizo pensar en el mundo casi completamente digital en el que vivimos y en la posibilidad de que ocurra algo como lo que pasa en “El Eternauta”?

–Troncoso: De algún modo sucedió, ¿no? La pandemia congeló y detuvo muchas cosas. Ahí hay un aprendizaje que debiéramos de poder hacer. Yo tengo la sensación de que, cuando hablamos de “nadie se salva solo” o de “lo viejo funciona”, estamos hablando de un modo de entender la vida también: una vida en sociedad. Cuando hablamos de “viejo”, no hablamos sólo de objetos, sino también de gente que llega a cierta edad y que de repente queda amontonada en un rincón. Y de la cual perdemos su sabiduría, su conocimiento, su saber hacer. Lo que reivindica de algún modo la serie es particularmente interesante en ese sentido. En esto de continuar construyendo nuestra vida social dejando de lado algunos objetos que nos trastornan para poder seguir viendo a ese otro de carne y hueso que tenemos cerca.

–Subiotto: En esa metáfora también hay algo que tiene que ver con que la tecnología nos ha hecho una invitación bastante engañosa, que es la del presente constante. No hay un hacia adelante, ni un hacia atrás. Vivimos un poquito encerrados en esa fantasía. Saber que lo viejo es mejor o peor, no importa, pero que hay lo viejo, que hay una tradición y que hay futuro, también es la posibilidad de la construcción de utopías. Hoy, la posibilidad de pensar una transformación y todo eso está negada por esta cárcel del presente. Creo que cuando ellos se refieren a esas cosas, también es eso. También hablan de la historia, de juntarse para armar una resistencia, para poder cambiar lo que tenemos ahora en mano, y hacia adelante tener algo mejor. Todo ese movimiento, que pareciera estar un poquito oxidado, se abre en esa metáfora.


fuente: LAVOZ

Artículos Relacionados

Volver al botón superior

Adblock Detectado

Considere apoyarnos deshabilitando su bloqueador de anuncios