
El juicio por las muertes de bebés en el hospital Materno Neonatal de Córdoba atraviesa sus jornadas más delicadas. Este martes, el testimonio de dos mujeres claves y la declaración —sin repreguntas— de la principal imputada, marcaron un nuevo capítulo en una causa que estremece desde 2022.
Durante la mañana se presentó Mariana Figueroa, abogada que se desempeñaba temporalmente en el área de Legales del Ministerio de Salud provincial. Aunque aclaró que su cargo allí era suplente —ya que pertenece a planta de la Municipalidad de Córdoba—, su nombre apareció en varios tramos de la causa.
Figueroa negó haber participado de la reunión del 7 de junio, donde el entonces ministro Diego Cardozo y otros funcionarios habrían discutido los primeros indicios de irregularidades. Aseguró que tomó conocimiento recién el 28 de ese mes y que elaboró un borrador de investigación interna que envió a sus superiores.
Según relató, se trató de un esquema preliminar basado en un informe proporcionado por Marcela Yanover, quien estaba a cargo del área de Maternidad e Infancia. Su testimonio apuntó a aclarar los movimientos iniciales dentro del Ministerio y el nivel de conocimiento que los funcionarios tenían sobre los hechos.
En la tarde se esperaba la palabra de la médica Marcela Quaglia, otra de las voces con peso técnico en los días posteriores a los fallecimientos.
Pero la mayor expectativa estaba puesta en Brenda Agüero. La enfermera, acusada de asesinar a cinco recién nacidos e intentar matar a otros ocho, decidió ampliar su declaración indagatoria. Sin embargo, lo hizo con una condición: no respondería preguntas.
Su abogado justificó la decisión en el trato que —según él— recibió su defendida por parte del Ministerio Público Fiscal. “Ha habido una actitud hostil, impropia de un proceso justo”, señaló, aunque Agüero sí accedió a dar su versión con nuevos detalles.
La jornada cerró así con una mezcla de datos técnicos, contradicciones administrativas y un silencio que pesa tanto como las palabras: el de la principal acusada, que eligió hablar, pero no ser interrogada.
