La investigación por el femicidio de Milagros Bastos sumó en las últimas horas un descubrimiento determinante. La Justicia provincial confirmó los resultados de un estudio genético realizado sobre el cuerpo hallado en el ropero del departamento de Horacio Antonio Grasso, en la ciudad de Córdoba, y el dato complicó aún más la situación del principal acusado.
Según se conoció, los peritos detectaron material genético de Grasso en la ropa íntima de la víctima, una joven de 22 años que había sido reportada como desaparecida. La información fue confirmada públicamente y luego ratificada por el abogado de la familia de Bastos, quien aseguró que el resultado refuerza la hipótesis de femicidio.
El cuerpo de la joven fue encontrado dentro de una vivienda ubicada sobre calle Buenos Aires al 300, en avanzado estado de descomposición, envuelto en mantas, atado con un cable y oculto en un ropero. En un primer momento, la autopsia había indicado que se trataba de una mujer de unos 30 años y que la muerte se habría producido hacía cerca de diez meses, pero los análisis posteriores permitieron confirmar su identidad.
Grasso, un exintegrante de la Policía, cumplía prisión domiciliaria en el mismo departamento donde apareció el cadáver y ya había sido condenado en 2009 a 27 años de prisión por un homicidio cometido durante un robo. Días antes del hallazgo, había sido trasladado al penal de Bouwer por reiterados incumplimientos. La causa sigue en investigación y la Justicia analiza nuevas medidas mientras avanza el expediente por uno de los crímenes más conmocionantes del año en Córdoba.
