El 37% del incremento de los aportantes monotributistas y autónomos entre 2011 y 2024 son asalariados en relación de dependencia del sector privado. Y ese número, sumado al crecimiento del trabajo independiente y asalariados no registrados, explica que la informalidad laboral se mantenga en niveles elevados, de más del 40% de la población ocupada.
Así lo señala un Informe de la Secretaria de Trabajo que sostiene que “al no realizar aportes a la seguridad social como trabajadores asalariados sino como independientes, las encuestas los definen como informales debido a que se incumple con la normativa vigente en lo referente a los aportes a la seguridad social bajo la figura de asalariado. Es decir, un porcentaje significativo de la expansión del trabajo monotributista no se traduce en una mejora efectiva de la tasa de informalidad general por el hecho que el aporte en ese régimen del monotributo no implica acceso a la formalidad en la categoría ocupacional de asalariados”.
En síntesis, son asalariados no registrados como tales por las empresas sino como monotributistas, lo que implica para esos trabajadores una pérdida importante de derechos laborales y previsionales.
Según los datos oficiales, en 2012 los monotributistas y autónomos sumaban 1,7 millones y, a comienzos de este año, alcanzaron los 2,5 millones. “No obstante, dado que el número de trabajadores autónomos se mantuvo prácticamente constante durante el período evaluado, la totalidad del crecimiento observado en el trabajo registrado en los dos regímenes de trabajo independiente puede atribuirse a la expansión del trabajo monotributista”, aclara el Informe.
Por su parte, el crecimiento de los monotributistas entre los que sí son trabajadores independientes tampoco redujo la informalidad laboral porque “se compensa con un incremento de magnitud similar del trabajo independiente informal, es decir, trabajadores que realizan su actividad laboral de manera independiente y no realizan el aporte al monotributo o al régimen de autónomo”.
Y “como la cantidad de trabajadores independientes informales creció aproximadamente en la misma medida que los independientes formales, el resultado en la reducción de la tasa de informalidad entre 2011 y 2024 es marginal”, agrega la Secretaría de Trabajo.
El Informe explica que una parte sustancial del crecimiento del trabajo monotributista se encuentra vinculado a la expansión de la población ocupada con nivel educativo terciario o universitario. Y marca los siguientes datos:
- Al comparar la información relevada por las encuestas mencionadas entre los años 2011 y 2024, el 65% del incremento total del trabajo aportante al régimen monotributista o autónomo corresponde a trabajadores con estudios universitarios y terciarios completos o incompletos”
- En 2003, el 18% de la población ocupada total contaba con estudios terciarios o universitarios, mientras que en 2024 ese porcentaje se elevó al 27%. Sin embargo, durante el período comprendido entre 2011 y 2024 este proceso de “profesionalización” fue liderado por el trabajo monotributista o autónomo y no, como podría suponerse, por el empleo asalariado formal del sector privado.
- El número de asalariados registrados privados con estudios terciarios en 2011 casi cuadriplicaba al número de monotributistas o autónomos en la misma categoría. No obstante, durante el período evaluado el crecimiento de los trabajadores aportantes a los regímenes de trabajo independiente superó en un 21% a la incorporación neta de asalariados registrados privados.
- Esta última tendencia obedece en parte al prolongado estancamiento en el empleo asalariado formal privado, lo que pone sobre relieve que esta última modalidad no funcionó como la principal vía de inserción laboral de nuevos trabajadores, incluso contando con mayores niveles educativos.