
Desde que asumió en reemplazo de Diana Mondino como ministro de Relaciones Exteriores Comercio Internacional y Culto, el empresario Gerardo Werthein logró apagar la ira de Javier Milei contra lo que llamaba “la casta diplomática”.
Aunque se siguió votando bajo el formato de alineamiento automático con Israel y Estados Unidos, desde Casa Rosada se aplacaron los insultos contra los temas de llamada Agenda 2030 del desarrollo sustentable de las Naciones Unidas, como ideología de género, derecho al aborto, matrimonio igualitario, cambio climático.
En ese camino, el controvertido sumario interno que Milei había ordenado abrir contra una decena de funcionarios de carrera que fueron y vinieron con la Casa Rosada para ver si se votaba en Naciones Unidas en favor del levantamiento del embargo a Cuba aquel 30 de octubre de 2024, había entrado en modo silencioso. Abogados consultados por Clarín confesaron que había disposición de Werthein a cerrarlo, pero que no lo hacían para no incomodar a Milei. Ahora, con el despido del Eduardo Bustamante por parte de Werthein, el sumario se reactivó.
Bustamante fue vicecanciller en los últimos días de la gestión de Mondino, cuando el anterior vice, Leopoldo Sahores, renunció tras la intervención del área de las llamadas “Fuerzas del Cielo” que capitanea Santiago Caputo y que en Cancillería encarnaron el secretario de Civilización y Culto, Nahuel Sotelo, y la abogada en derecho de familia Ursula Basset, directora de Derechos Humanos. Werthein, que tiene una visión más progresista apartó de las decisiones importantes a los representantes del Caputo en el Ministerio y puso a los diplomáticos en modo “off”.
Cundió el pánico, el cambio lento de la Cancillería se fue dando así: fortaleció el área económica dándole la cabeza al embajador Luis María Kreckler, a quien ahora el Gobierno ahora premió con la embajada ante el Reino Unido.
Al área política la paralizó con Bustamante a la cabeza y ahora, tras su despido, nombró un diplomático de más bajo rango pero de manera temporal, Juan Navarro. Cerraron la Subsecretaría de Política Americana, un área que tienen todas las cancillerías del continente porque es la que trata con la región. Suspendió el concurso de ingreso a la carrera de diplomáticos y también los traslados; achicaría la cantidad de ascensos que se van a presentar ante el Senado, todos de ellos colaboradores de la nueva administración. Hay decenas de funcionarios en sus casas cobrando sueldo y sin función. Varios de ellos del PRO. Se achicaron las dotaciones de las embajadas. Y algo por completo nuevo es que empoderó a funcionarios muy juniors en áreas que ocupaban los altos más altos cuando no embajadores, lo que se presume que es una forma de limar la “autonomía” e independencia intelectual de los funcionarios de carrera considerados “casta” por Javier Milei.

Qué pasó con el sumario
fuentes judiciales externas a la Cancillería y ligadas al sumario, contaron que en los próximos días Bustamante deberá responder sobre la votación ante la Asamblea General de la ONU del 30 de mayo de 2024 y por el que el Gobierno votó a favor de poner fin al embargo de EE.UU. contra Cuba, como se hizo todos los años. Bustamante gozaba de su posición como viceministro de Werthein, quien sin embargo lo despidió de un día para otro tras casi nueve meses trabajando juntos. Hay quienes dicen que fue por la cercanía del ex cónsul en Montevideo a los fuerzas de Caputo en el Ministerio.
Bustamante es quien negoció y acordó con el director de Comunicación Digital de la Presidencia, Juan Pablo Carreira -alias @juandoe entre las tirbus libertarias de X y el Secretario Sotelo votar a favor de Cuba. Pero, además, fue él el que dio la orden por escrito a los diplomáticos de la Cancillería. Ambos dijeron actuar en nombre de Presidencia. No obstante, es probable que ni el Presidente ni Caputo supieran de esta votación. Tampoco se puede soslayar la responsabilidad de Mondino en tanto máxima autoridad del Ministerio de Relaciones Exteriores y quien debería tener la comunicación directa con el Presidente e informarle de estas cuestiones.
Bustamante estaba en un viaje a San Juan y como publicó Clarín en aquel entonces, se ufanó de haber votado a favor del levantamiento del embargo a Cuba, hecho que enojó muchísimo a Milei porque Israel y Estados Unidos habían votado en contra. Tras meses de crisis con Mondino -ya no hablaban- Milei la echó.
Pero la prueba de que el voto había sido acordado con Presidencia es que el día de la votación La Derecha Diario, que oficia de vocero oficial del Gobierno, había publicado en X una placa diciendo que la Argentina votó en Naciones Unidas a favor del libre comercio y en contra de los bloqueos en la ONU, con las banderas de la Argentina y Cuba. Tras la furia del Presidente contra Mondino y su despido, esta placa fue borrada.
Ese mismo 30 de octubre la Oficina del Presidente informó que el Poder Ejecutivo iniciaba una auditoría del personal de carrera de la Cancillería, con el objetivo de “identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”.
No obstante, este sumario es insólito porque los sumarios se abren por supuestas irregularidades o ilícitos -robos, faltas éticas, maltratos- y no por efectuar recomendaciones no vinculantes al canciller, que son parte de la tarea obligatoria de los diplomáticos.
En Cancillería hay decenas de sumarios, en el último tiempo hubo dos suicidios, uno de ellos el de un joven diplomático que estuvo en Venezuela hasta que Maduro echó al cuerpo diplomático argentino. El histórico departamento de Salud del ministerio quedó reducido.
Salvo Bustamante, que negoció con la Casa Rosada la decisión sobre la votación, el resto de los diplomáticos sumariados dieron una opinión técnica en función de la legislación interna (ley 24.871), los antecedentes de votación en la ONU, y el impacto que apartarse de la tradición de votación podría tener sobre la Cuestión Malvinas.
La ley 24.871, iniciativa del entonces Senador Eduardo Menem, fue aprobada en 1997 y dispone que las leyes extranjeras que, directa o indirectamente, tengan por objeto restringir o impedir el libre ejercicio del comercio y la libre circulación de capitales, bienes o personas en detrimento de algún país o grupo de países, no serán aplicables ni generarán efectos jurídicos de ninguna especie en el territorio nacional. También sostiene que serán absolutamente inaplicables y carentes de efectos jurídicos las leyes extranjeras que pretendan generar efectos extraterritoriales a través de la imposición de bloqueo económico con el fin de provocar el cambio de la forma de gobierno de un país o para afectar su derecho a la libre determinación.
El pánico que impera entre los diplomáticos se disparó el 21 de octubre de 2024 cuando Milei envió una carta estando Mondino aún como ministra. Esta los intimaba a que “quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado”. Pero es un hecho en sí de la ley del servicio exterior de la Nación, que el Presidente es quien marca la política exterior.
Al despedir a Mondino, Milei dijo que él siempre dejó en claro que se debe votar en Naciones Unidas alineados a EEUU e Israel. No obstante, hubo varias resoluciones en las que la Argentina votó distinto a EEUU e Israel siendo el Canciller Gerardo Werthein, y eso no implicó su despido inmediato.
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