
La última pelota, ese zurdazo que se clava en el ángulo, desata la fiesta en el Cilindro. Otra vez con el último suspiro, Racing se queda con el partido. Sucedió ante River, aquí mismo, con el agónico gol de Gastón Martirena. Y repitió contra Tigre, aunque tuvo que llegar a esos angustiantes tiros desde los doce pasos.
Con dos hombres menos por las expulsiones del propio uruguayo y de Santiago Sosa. Con toda la bronca por el penal de Felipe Zenobio a Tomás Conechny que Andrés Merlos y Pablo Dóvalo -vía VAR- no cobraron. Con la emoción de la despedida de Gabriel Arias, el arquero multicampeón, y las dos atajadas clave de su sucesor Facundo Cambeses en la definición. Con un mensaje para Boca, el rival del domingo en las semis que prometen alto voltaje en la Bombonera.
Hubo que esperar hasta la madrugada para encontrar emociones. Antes, hubo un primer tiempo difícil de digerir y un complemento con más acción, tarjetas rojas y un gran polémica. Se esperaba el dominio de Racing y una postura más conservadora de Tigre, claro. Sin embargo, nada hacía prever un espectáculo tan pobre en el arranque.
Cambeses fue figura en los penales. Foto: Alejandro PagniMucho tuvo que ver la carencia creativa de la Academia, que ostentó la posesión (72% al cabo de los cuarenta y cinco minutos iniciales), que empujó por los extremos, pero no pateó al arco de Zenobio. También contribuyó el orden y la concentración del Matador, que estableció una línea de cuatro y un mediocampo bien compacto que interceptó cada ataque celeste y blanco.
Racing abordó el juego con un 4-3-3 en el que buscó profundidad con sus laterales, que se turnaron para atacar. No obstante, el jugador más activo fue Santiago Solari, punzante por la derecha durante la mayor parte de la etapa preliminar hasta que se volcó a la izquierda y cambió de andarivel con Duvan Vergara.
La Academia mostró agresividad para encarar el partido, tuvo la iniciativa, pero corrió mucho más de lo que jugó. Los únicos que podían dar un salto de calidad a la hora de la elaboración eran Santiago Sosa y Agustín Almendra. Sin embargo, el volante enmascarado participó más en el combate que en la gestación y el ex Boca tuvo altibajos.
Bajo esta coyuntura, lo mejor -lo único, en definitiva- que mostraba Racing era el desenfado de las bandas. La pelota cruzaba por el cielo del área visitante, pero terminaba en un montón de nada. Maravilla Martínez se fajaba con los zagueros de Tigre y siempre perdía. Todo era barullo frente a Zenobio.
Maravilla estuvo errático otra vez. Foto: Alejandro PagniTigre solo generaba peligro cuando disparaban sus dos centrodelanteros, en especial Diego Romero, que se lanzaba a la aventura individual y preocupaba. Lo hizo muy poco, pero remató el único tiro al arco, que Facundo Cambeses contuvo abajo. Nacho Russo, en cambio, perdió los duelos individuales con Nazareno Colombo y Agustín García Basso.
Y si el partido era de bajísimo vuelo, la tarea de Andrés Merlos lo hizo mucho peor. Errores no forzados de su asistente Pablo Acevedo y los propios, omitiendo infracciones y tarjetas, generaron fastidio entre los hinchas y opacaron el show sobre el césped.
El segundo tiempo no modificó su espíritu. Racing salió decidido a protagonizar el duelo en el campo rival y Tigre no esperó ni diez minutos para fortalecer el esquema. Jabes Saralegui dejó su posición de enganche y se ubicó como volante por la derecha; Braian Martínez reemplazó a Romero con el objetivo de aprovechar la velocidad del chaqueño y se plantó con un 4-4-2.
Colectivamente, la Academia no entregaba grandes respuestas. Entonces, se volvió electrizante Vergara tirado por la izquierda y muy incisivo con su diagonal. El colombiano fabricó la mejor situación cuando habilitó a Maravilla, llegó ante Zenobio para cortar y su posterior remate se encontró con un notable cruce de Tomás Cardona, que rechazó en la línea. El zaguero fue impasable de arriba y abajo.
Diego Dabove quemó la última ventana y reforzó aún más el medio con los ingresos de Simón Rivero y Jalil Elías. Además, ubicó a Guillermo Soto a la derecha para colaborar con Ramón Arias y encarar a Gabriel Rojas, a esa altura totalmente lanzado.
Gustavo Costas hizo un retoque esencial en un equipo que tenía el juego vencido. Salió Almendra, descolorido y cansado, y entró Adrián Fernández. El Toto mostró algunas pinceladas de su talento y provocó un tiro libre a pedir de Martirena. El uruguayo ejecutó con potencia, pero tapó Zenobio con sus puños.
El partido se abrió porque Racing estaba jugado. Sobre todo con el ingreso de Tomás Conechny por Juan Nardoni, otro que no gravitó. Hubo un gran toque del ex San Lorenzo para Maravilla, pero no pudo con Zenobio, que volvió a mostrar sus reflejos.
Nacho Russo tuvo tres chances muy claras a partir de tres réplicas, pero definió siempre mal. Primero, con un tiro algo forzado por la vigilancia de García Basso, siempre lúcido en el anticipo; después le pegó mordido tras una jugada bárbara de Rivero y tampoco pudo aprovechar un notable cambio de frente del pibe de Boca, sacudió cruzado y muy desviado.
En el final, pasó de todo. Zenobio tapó otro disparo de Martirena y Maravilla, que atraviesa una racha negra, desperdició un rebote inmejorable. Y Arias se fue expulsado por cortar un contraataque del propio Martínez. Tigre se quedó con uno menos para encarar el alargue, nada menos.
El primer tiempo extra se jugó en el campo visitante. Racing dominó, pero le faltó la puntada final. Hubo un gol bien anulado a Vergara por posición adelantada, pero la polémica tuvo su punto de ebullición cuando Zenobio salió a romper en un centro de Sosa y golpeó a Conechny. Era un claro penal que Merlos no cobró y Pablo Dóvalo, en el VAR, omitió. Martirena estaba amonestado, aplaudió al árbitro, el mendocino le mostró la segunda amarilla y el uruguayo terminó expulsado. Se cantó contra Chiqui Tapia, como en casi todas las canchas.
Costas sacó a Vergara para iniciar el segundo tiempo complementario, muy a pesar de que el colombiano había sido uno de los destacados. Eligió el doble “9” y también introdujo a Facundo Mura para desequilibrar por afuera. Sin embargo, cada intento encontró oposición de Tigre. Y para colmo, Sosa se fue expulsado por juego brusco. Ya estaba amonestado y golpeó a Alfio Oviedo en el rostro.
El partido cambió de rumbo y el Matador se volcó con el último aliento sobre el área de Cambeses. Racing resistió. Y llegaron los penales. Y la fiesta de la Academia.
La definición por penales
Según el siguiente orden de ejecución, Cardona (atajó Cambeses), Adrián Martínez (convertido), Diego Sosa (convertido), Adrián Fernández (convertido), Laso (atajó Cambeses), Rojas (convertido), Julián López (convertido), García Basso (convertido).
Racing vs Tigre, por el Torneo Clausura 2025: minuto a minuto
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