
La situación es idéntica a febrero, cuando después de enfrentar a Racing en la 4ª fecha del Torneo Apertura llegaron los triunfos en cadena. Entonces, el técnico era Fernando Gago y tras perder con la Academia en el Cilindro, Boca cosechó cinco victorias consecutivas. Esta vez, el equipo empató con su rival celeste y blanco en la Bombonera y a partir de ese momento, todos son éxitos en el Clausura: Independiente Rivadavia (3 a 0) en Mendoza, Banfield (2 a 0) a orillas del Riachuelo y Aldosivi (2 a 0) en Mar del Plata). El balance comienza a ser positivo de la mano de Miguel Ángel Russo. Sin ir más lejos, hoy está en segundo en la tabla general con 45 puntos, por encima de Rosario Central, su próximo adversario, que ostenta una menor diferencia de gol y un partido menos. Hubo un despegue y hay argumentos para explicar esta recuperación azul y oro.
Cambio de esquema y dos intérpretes clave
Después de probar con el 4-2-3-1 y buscar complacer a Juan Román Riquelme, Russo pudo hacer un retoque fundamental en el 4-4-2, ese dibujo que llegó para quedarse. Incorporó a Lautaro Di Lollo a la zaga central y trasladó a Rodrigo Battaglia a la mitad de la cancha. Esa modificación apuntaló a Leandro Paredes, su jugador insignia. Con Brian Aguirre a la derecha, fluyó el doble “9” y hasta Edinson Cavani pudo cortar la sequía goleadora. “Nos vamos haciendo fuertes”, sostuvo el veterano entrenador durante la conferencia de prensa que brindó en el estadio José María Minella.
Entre el Bambino y el Coco
“La base está”, fue una frase que popularizó Héctor Veira en 1996, cuando era el entrenador xeneize. Y el famoso “once de memoria” fue un latiguillo de Alfio Basile una década después, cuando condujo a Boca a cinco títulos. Entre estos dos ítems se mueve Russo, que tiene un estilo propio pero apuesta a un staff recuerrente y al mismo equipo. Si no pudo repetir contra Aldosivi se debió al desgarro de Marco Pellegrino. Lo reemplazó Ayrton Costa, que arrancó como titular el tercer ciclo de Miguel, pero se lesionó ante Bayern Munich en el Mundial de Clubes.
“Venimos trabajando todos juntos, el tiempo ayuda y seguimos en esta postura de trabajo para buscar lo mejor siempre. Están parejos, cuesta elegir el equipo. Tengo un plantel muy competitivo”, apuntó Russo.
El rol de Paredes y la pelota parada

Desde que tuvo su reestreno con la camiseta azul y oro, Paredes se corporizó en el jugador más gravitante del equipo. Participó en 7 de los 9 goles que hizo Boca en el Torneo Clausura y 4 de ellos fueron a partir de un balón detenido. Cuatro córners terminaron en gritos de Di Lollo (Unión), Ezequiel Centurión en contra (Independiente Rivadavia), Cavani (Banfield) y Battaglia (Aldosivi). Un tiro libre derivó en un cabezazo inapelable de Milton Giménez (Racing). También asistió a Exequiel Zeballos ante los mendocinos e inició la jugada del gol de Miguel Merentiel contra el Taladro.
“Era lo que necesitábamos, confianza, no solo como grupo sino individual, muchos jugadores van ganando confianza, creciendo muchísimo, juegan de la mejor manera, tienen ganas de seguir creciendo y conseguir cosas; vamos por el buen camino”, analizó el volante campeón del mundo, que no solo es decisivo en la cancha; también, en el vestuario.
Una charla puertas adentro
Con 11 partidos sin victorias, los futbolistas tuvieron un cara a cara en el que se interpelaron. Con un detalle no menor: fue sin la presencia del cuerpo técnico. Se produjo después de la caída ante Huracán, que tuvo el polémico condimento del cambio de Merentiel, que dejó mal parado a Russo. No lograron terminar con el maleficio ante Racing, cuando llegaron a la docena de encuentros sin éxitos, el peor registro de la historia del club. Sin embargo, se vio una cara diferente, sobre todo en el segundo tiempo. El empate agónico de Giménez -con el mencionado centro de Paredes- fue una luz de esperanza.
“Veníamos de una racha negativa. Hablamos entre nosotros, nos dijimos algunas cosas, más que nada ‘tenemos que representar esta camiseta como se merece’. Se nota el cambio, estamos muy bien como grupo. Hay que seguir trabajando y continuar por este camino”, manifestó Battaglia. “Yo participo de algunas charlas y esto es normal y lógico, es entre todos”, sostuvo el entrenador cuando le preguntaron sobre el tema.
La valla invicta
El equipo apenas recibió 3 goles en el campeonato, pero en los últimos tres partidos terminó con el arco en cero. Agustín Marchesín se mostró firme y no es casual que la defensa se haya afirmado con el ingreso permanente de Di Lollo, que tiene buen juego aéreo en las dos áreas. Habrá que ver cómo pesa la lesión del arquero titular, quien tuvo que ser reemplazado por Leandro Brey en el final del choque ante Aldosivi. Hay tiempo para su rehabilitación. A fin de cuentas, Boca volverá a jugar el domingo 14 ante Rosario Central en Arroyito. Será una buena medida.
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