
Las tareas de limpieza sobre el asfalto se desarrollaban intensamente este martes por la noche en Panamericana. Horas antes, la autopista se había convertido en un auténtico río donde los autos eran arrastrados, tras la sorpresiva tormenta que azotó principalmente las zonas norte y oeste del Gran Buenos Aires.
Ramas, barro y vehículos severamente dañados por culpa del agua conformaban el paisaje de la autovía después del inesperado diluvio que provocó la caída de 80 milímetros en menos de una hora, según precisó Fabián García, director de Defensa Civil de la provincia de Buenos Aires, en declaraciones a TN. Por supuesto, el tránsito se interrumpió en un horario de alta circulación vehicular.
Personal de Autopistas del Sol, de Gendarmería, de la Policía y de Bomberos trabajaron en el lugar. Por la noche, mientras algunos operarios se encargaban de limpiar el pavimento y de quitar ramas de los desagües, otros levantaban los autos en las grúas para removerlos del lugar donde previamente habían quedado bajo el agua.
En otro tramo de su diálogo con TN, Fabián García deslizó que a Panamericana le faltan “obras en general” de “mantenimiento y cuidado de desagües pluviales y las alcantarillas que tiene que ser día a día, en conjunto con la población que no debe arrojar basura”.
“Cuando llueve de manera más pausada, o caen 80 milímetros en siete u ocho horas, pero cuando cae en menos de una hora, pasan estas cosas. Esas tareas hay que hacerlas”, expresó García.
Además, dijo que “se tendrá que analizar si es necesario, frente a situaciones de cambio climático, si hay que hacer alguna obra nueva o no”.
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Autos sepultados por el agua en la Panamericana después del tremendo diluvio en el GBA
Poco antes de la medianoche, se logró retirar el último de los aproximadamente 30 autos que quedaron sumergidos, en muchos casos hasta el techo, mientras las grúas continuaban con sus tareas para llevar a los vehículos hacia la colectora.
Osvaldo, dueño de ese vehículo, repasó cómo fueron los momentos en que el agua comenzó a tapar a su vehículo. “Cuando entré llovía a cántaros, pero se trabó el tráfico y no teníamos forma de volver”, relató.
“Cuando yo bajé se empezó a llenar (de autos) pero (el tránsito) se movía. Después fue imposible seguir, aunque no había agua en ese momento. Pero en cinco minutos, mientras esperábamos, el agua empezó a subir. Si hubiera ido por la calle lateral tal vez no me pasaba”, se lamentó el hombre, que se había comprado el auto, cero kilómetro, hace solo dos meses.
Y agregó: “Cuando vi que (el agua) empezó a subir, se paró el auto y ahí decidí salir. El agua me llegaba al pecho, prácticamente”.
Pese a que el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional anunciaba cielo “algo nublado” para este martes, con posibles “tormentas débiles” en el Gran Buenos Aires, entre las 17 y las 18, las precipitaciones se hicieron intensas en el norte y oeste de esa región, con caída de granizo.
ES
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