
En los últimos años, la adicción a las apuestas online en Argentina se ha convertido en una problemática alarmante, especialmente entre adolescentes y jóvenes adultos. Diversos estudios realizados por universidades nacionales, el Conicet y la Universidad Católica Argentina (UCA) revelan un crecimiento sostenido de esta forma de ludopatía digital, alimentada por factores sociales, psicológicos y económicos.
El último informe de la Fundación Colsecor, titulado “Apostar no es un juego”, pone el foco en la prevalencia de esta adicción y lanza una advertencia clara: estamos frente a una emergencia social que requiere medidas urgentes.
El perfil del apostador joven en Argentina resulta preocupante. Se trata mayoritariamente de varones menores de 25 años, que comienzan a apostar motivados por su entorno y fuertemente influenciados por publicidad agresiva en redes sociales, muchas veces protagonizada por influencers.

Según el estudio, un 38% de los encuestados reconoció haber apostado al menos una vez, y un 14% lo hace de forma regular. Lo que comienza como un “juego” casual muchas veces deriva en un comportamiento compulsivo, acompañado de ansiedad, estrés y en algunos casos, endeudamiento.
El acceso a plataformas de apuestas digitales es extremadamente sencillo, incluso para menores de edad. A pesar de que la ley prohíbe su participación, los controles de edad son fácilmente vulnerables, y la existencia de medios de pago digitales accesibles a adolescentes agrava el problema.
A esto se suma el impacto de las redes sociales, donde el juego es presentado como una vía rápida al éxito o al reconocimiento social. Esta banalización del riesgo refuerza un patrón de consumo adictivo en cerebros aún en desarrollo, ya que la corteza prefrontal —clave para el autocontrol— no se forma completamente hasta los 20 años.
Los efectos de esta adicción son múltiples: desde un descenso en el rendimiento escolar hasta aislamiento social, conflictos familiares y abandono de actividades extracurriculares.
Frente a este escenario, algunas provincias argentinas, como Buenos Aires, Salta, Santa Fe y Córdoba, han comenzado a implementar planes de acción, líneas de ayuda y propuestas legislativas. Sin embargo, especialistas advierten que sin una ley nacional integral que regule las apuestas digitales, estos esfuerzos seguirán siendo insuficientes.
Combatir la ludopatía digital en jóvenes exige un enfoque integral. Esto incluye desde mayores controles y regulaciones a la publicidad de plataformas de apuestas hasta programas educativos que ayuden a detectar y prevenir conductas adictivas. Asimismo, es vital fortalecer la atención sanitaria, con equipos interdisciplinarios preparados para tratar esta adicción de forma seria y profesional. La adicción al juego online no es un problema individual, sino estructural. Como sociedad, no podemos permitir que siga avanzando sin respuesta.