En una entrevista realizada desde su consultorio, la licenciada en Psicología, Milagros González, analizó en Conta Conmigo las principales razones que llevan a las personas a buscar ayuda terapéutica.
Según explicó González, la ansiedad es la mayor causa de consulta, aunque su forma y causas varían según la edad de los pacientes. “No esperemos tocar fondo para buscar ayuda”, advirtió.
¿Por qué hacer terapia?
Entre los adolescentes y jóvenes adultos, rango etario en el que se especializa, la ansiedad relacionada con la presión social, el futuro académico y laboral, y los mandatos culturales ocupa el centro de la escena. González destacó el peso del “reloj social”, esa urgencia de cumplir con etapas como recibirse, formar pareja o tener hijos, que genera un desgaste emocional significativo.
En adultos de entre 35 y 50 años, los conflictos de pareja y la postergación de la maternidad o paternidad aparecen con fuerza. En tanto, en mayores de 50, la llegada de la jubilación suele detonar crisis existenciales sobre el sentido de la vida. La profesional remarcó que muchas veces se naturaliza la ansiedad, sin diferenciar entre la ansiedad funcional —respuesta normal ante desafíos— y la patológica, que ya interfiere en la vida cotidiana.
Además, González hizo hincapié en los estigmas que aún persisten en torno a la terapia, especialmente en generaciones mayores o sectores sociales conservadores. Aunque se ha avanzado, aún existen resistencias: “Muchos jóvenes prefieren no contarles a sus familias que están yendo a terapia”, contó.
Para cerrar, la licenciada dejó un mensaje claro: “La diferencia entre un amigo y un terapeuta es fundamental. Acudir a terapia no es signo de debilidad, sino un paso de salud y autoconocimiento. La ayuda profesional puede marcar la diferencia cuando sentimos que no podemos solos”.
