
A unos 180 km de Córdoba, la región de Ansenuza se destaca por la Laguna Mar Chiquita, uno de los humedales salinos más grandes de Sudamérica. Entre crecidas históricas, desplazamientos urbanos y vestigios del pasado, localidades como La Para y Miramar combinan memoria, naturaleza y turismo sostenible.
En La Para, los restos del Hotel Savoy y el Museo Histórico Municipal recuerdan la época dorada de los balnearios, mientras que el nuevo Centro de Interpretación ofrece un acercamiento a la flora y fauna del humedal. Miramar, por su parte, muestra cómo se reconstruyó tras quedar parcialmente bajo agua en 1977; sus ruinas, el antiguo anfiteatro Nocheramas y el Gran Hotel Viena son testigos del pasado, rodeados por los flamencos que habitan la laguna.
Marull aporta tranquilidad y actividades al aire libre, con playas extensas, avistaje de aves, kayak y trekking, complementadas con sabores locales como embutidos y picadas artesanales. Gracias al Parque Nacional y a los centros de interpretación, Ansenuza promueve un turismo que respeta la naturaleza y rescata la historia, consolidándose como un destino único en el noreste cordobés.





Seguí leyendo:




