
El Gobierno nacional emitió una advertencia de seguridad luego de confirmar la presencia en territorio argentino de 28 individuos vinculados a organizaciones criminales de Brasil. La información proviene de un informe reservado de la Policía Federal Argentina (PFA) que describe el avance del crimen organizado transnacional en la región.

De acuerdo con ese documento, la mitad de los sospechosos se encuentra detenida en cárceles federales, mientras que los otros 14 permanecen en libertad. Todos tendrían vínculos con estructuras delictivas brasileñas que buscan extender su influencia en Sudamérica.
El reporte menciona específicamente a dos grupos con fuerte presencia internacional: el Primeiro Comando da Capital (PCC) y el Comando Vermelho (CV), ambos señalados por su capacidad de expansión y diversificación de actividades ilícitas. La PFA advierte que el PCC, en particular, ha extendido su red desde Brasil hacia países productores de drogas como Paraguay y Bolivia, y posteriormente hacia otras zonas del continente y Europa.

La investigación también señala que la radicalización de estos grupos se habría detectado dentro del sistema penitenciario, especialmente en cárceles de Santa Fe y Chaco, donde se realizarían rituales de iniciación conocidos como “bautismo”. Este proceso incluye registrar los datos del nuevo miembro en un “libro blanco”, tanto en formato físico como digital, que luego circula en redes y plataformas de mensajería.
Entre los nombres mencionados figuran Adriano Giménez Morales, paraguayo detenido por narcotráfico en la Colonia Penal de Candelaria; Jonathan Renato Goncalves, brasileño alojado en la misma unidad; Néstor Horacio Barczuk, identificado tras participar en un “bautismo” en Chaco; Ariel José Rojas, vinculado a la llamada “masacre de Coronda”; y Gusmao Leonardo Monte Alto, asociado a un grupo criminal con base en Entre Ríos. También aparecen Víctor Hugo Pedraz Cristofoletti y Roberto Silvera Mafra.

El informe subraya que los implicados presentan tatuajes y marcas distintivas comunes en organizaciones dedicadas al narcotráfico y el sicariato. La divulgación de este documento coincide con el reciente megaoperativo policial realizado en dos favelas de Río de Janeiro, que dejó más de 120 muertos, el número más alto en la historia de Brasil para una acción de este tipo.
 


