Agustín Canapino: “Los Argentinos somos muy exitistas, hemos criticado hasta a Messi”

Si bien en Argentina era un profesional del automovilismo, Agustín Canapino se convirtió en un atleta de alto rendimiento hace dos años cuando se fue a Estados Unidos a correr en IndyCar: cambió su entrenamiento y su alimentación para subirse a un auto de una de las categorías más exigentes del mundo. Casi al mismo tiempo, Franco Colapinto apareció en la Fórmula 1 con una prueba en Williams, equipo que finalmente le terminaría dando un lugar para las últimas nueve carreras. El pilarense, ahora en Alpine, ya tiene 26 grandes premios disputados y una temporada 2026 que comenzará por primera vez como titular, cuando los motores se prendan en Melbourne, donde también estará Nicolás Varrone en la Fórmula 2.

-¿Cómo ves el presente del automovilismo argentino?

-En el mejor momento. Tenemos a Franco en Fórmula 1, ahora. Nico Varrone en Fórmula 2. Sucedió lo mío en IndyCar los años anteriores. Es como que estamos en un auge y bienvenido sea, porque a todos los que vivimos del automovilismo estas cosas nos vienen muy bien.

-Hubo generaciones que se formaron mirando a Fangio, a Reutemann, a Traverso. Ahora a esta, de la que vos formás parte. ¿Cómo ves ese futuro?

-Bueno, ojalá que contagie. El automovilismo ha mutado muchísimo, ha cambiado un montón, pero se ha sabido reinventar y hoy es un deporte de súper elite. O sea, manejar ese tipo de autos como me tocó a mí o la Fórmula 1 ni hablar, que es lo máximo de lo máximo, requiere un nivel de preparación y capacidad extrema, a niveles altísimos de lo que puede dar un ser humano. Y la competencia es muy, muy alta. Entonces, creo que es una buena motivación y está buenísimo para que todos los chicos vean que para llegar lejos hay que ponerle mucha dedicación y mucho sacrificio, que nada es fácil y nada es gratis en esta vida.

-¿Pensás que el automovilismo es un deporte cruel, al depender de una máquina?

-Como todo deporte de alto competencia es cruel. Es cierto que dependés de una máquina, pero como un futbolista depende de su equipo y si bien un tenista está solo con su raqueta, fijate que Djokovic hasta que no encontró la persona ideal que cambió su alimentación y su preparación no fue lo que fue. Sí, obviamente es un deporte individual y que depende de una máquina. Es complicado. Pero a lo largo de la historia siempre pasó lo mismo: los mejores autos tienen los mejores pilotos y los mejores pilotos tienen los mejores autos. Siempre pasó y siempre va a pasar.

-Y ahora a eso se le suman las redes sociales y que haya 40 millones de personas opinando.

-Pero porque somos argentinos. Esa es la parte mala de nuestra. Imaginate que en Argentina criticaban a Messi. ¿Qué podemos esperar para el resto de los seres humanos? O sea, si el argentino común, el hincha y hasta el periodismo criticaban a Messi, el tipo más sobrenatural y el mejor deportista que pudo haber hecho este planeta, qué queda para todos nosotros que somos simples mortales. Entonces, creo que eso es un tema argentino, que como somos muy pasionales y alentamos mucho y nos ponemos muy contentos cuando ganamos, somos muy duros y muy crueles con el que no gana. Creo que eso es algo que como sociedad tenemos que evolucionar y y saber reconocer los esfuerzos aunque no toque ganar.

-A raíz de ese hate, te tocó a vos y a Colapinto que sus equipos tuvieran que salir con comunicados. ¿Cómo lo vive el piloto al quedar en el medio?

-Yo lo aprendí con el tiempo: es una cuestión cultural. Para nosotros es algo habitual. Lamentablemente convivimos con el hate permanentemente. Ellos no. Entonces ese choque, esa barrera cultural, es tan grande que a mí me trajo problemas, por supuesto, está a la vista. Y a Franco le trae permanentemente problemas. Creo que tenemos que evolucionar como sociedad, pero ¿cómo hacemos? Y al mismo tiempo ellos tienen que aceptar y evolucionar también de que no es ni culpa mía, ni de Franco, por poner el nombre del deportista que sea. Nosotros no tenemos la culpa de que parte de nuestra sociedad sea así. Y, al mismo tiempo, lo que hacemos siempre: permanentemente pedir por favor que entiendan que está mal ser así y que tenemos que evolucionar en ese sentido.

fuente: CLARIN

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