El secretario de Prevención y Asistencia de las Adicciones de Córdoba, Santos García Ferreyra, hace un llamado directo y sin vueltas: “Es fácil acceder a nosotros. Pedí ayuda antes de que sea tarde”. Con formación en psiquiatría y años de trabajo en salud mental, el funcionario invita a personas con problemas de consumo —y a sus familias— a acercarse a los centros que conforman la Red Asistencial de las Adicciones de Córdoba (RAAC), un sistema público y gratuito con alcance en toda la provincia.
Uno de los principales puntos de atención está en el Hospital San Roque Viejo, donde funciona el Centro Asistencial Córdoba, pero también se puede acceder desde el celular. ¿Cómo? Simple: buscá en Google “Secretaría de Adicciones” y entrá al sitio oficial. Ahí podés buscar tratamiento para vos o para otra persona, y el sistema te guía paso a paso.
Prevención: llegar antes del daño
La estrategia de Córdoba no se limita al tratamiento. García Ferreyra insiste: “La prevención es trabajar con quienes todavía no consumen”. Por eso, desde la Secretaría se impulsan talleres, actividades barriales, contención emocional y fortalecimiento familiar. También se lanzó un ambicioso programa de prevención escolar junto al Ministerio de Educación y el Conicet, que llegará a más de 800 escuelas secundarias.
Este programa interviene en chicos de 14 y 15 años con encuestas que desarman mitos: ¿cuánto consumen realmente tus amigos?, ¿cuán frecuente es emborracharse? Al corregir las percepciones, bajan la presión social y los niveles de consumo.
Terapias para cada necesidad
El abordaje no es uno solo, sino multicomponente: terapia individual, grupal, familiar y especializada según cada caso. Hay grupos para mujeres, personas trans, jóvenes, adultos mayores, parejas e incluso para ludopatía. También se contempla la recaída como parte del proceso, sin juzgar: “Lo importante es volver a intentar. Eso aumenta las chances de éxito”, sostiene García Ferreyra.
La Secretaría promueve un acompañamiento continuo, con especial foco en el rol de la familia. “Desde el amor, muchas veces se generan conductas que en realidad no ayudan. Por eso trabajamos también con ellos, para convertirlos en apoyo real y terapéutico”.
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