
El Centro Comunitario del Padre Oberlin, un espacio que brinda atención gratuita a cientos de personas, fue víctima de un robo a mano armada. El hecho ocurrió a principios de esta semana, cuando un hombre, que fingió ir a entregar un paquete, ingresó al lugar y amenazó a una de las trabajadoras con un arma. En diálogo con Córdoba Noticias de Canal C, el Padre Mariano Oberlin brindó detalles sobre lo sucedido.
“Un hombre llegó a la mañana diciendo que traía un paquete para uno de los chicos que estaba alojado aquí. Entró y le pidió a la señora que estaba ayudando con la limpieza si podía pasar al baño. Cuando salió, la amenazó con un arma en la cabeza y le robó el celular”, explicó el Sacerdote. El delincuente, tras cometer el robo, salió del edificio dejando un daño material menor, pero la situación dejó una marca en los presentes. “Se tuvo que cambiar la cerradura de la puerta, pero lo más grave fue el daño emocional que causó. Tener a una persona con un arma apuntando a la cabeza genera un miedo muy fuerte”, agregó.
El establecimiento ofrece una variedad de servicios gratuitos, desde atención médica con el doctor Pesarini, hasta talleres de oficios, deportivos y recreativos, destinados a mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables. “Es un espacio gratuito, donde atendemos a muchas personas que realmente lo necesitan”, destacó el Sacerdote. Sin embargo, el robo dejó una sensación amarga: “Da la impresión de que la persona que hizo esto conoce el espacio, ya que preguntó por personas que trabajan aquí y estaba con la cara tapada. Eso duele, porque muchos de los que pasan por aquí lo hacen buscando ayuda”, expresó.
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A pesar de la gravedad del suceso, el Padre Mariano quiso recalcar lo positivo del centro: “Por cada 100 personas que participan en nuestros talleres y servicios, uno hace algo así, pero la mayoría aprovecha el espacio para mejorar su vida”. También señaló que, a pesar de contar con cámaras de seguridad, no pudieron identificar al ladrón, ya que estaba cubierto y no se reconoció su rostro. “Es un lugar donde participan unas 600 personas en total, entre talleres y los chicos que viven aquí. No podemos conocer a todos a fondo, pero da la impresión de que esta persona sabía bien cómo moverse en el espacio”, explicó.
El Padre finalizó la charla con un mensaje de esperanza: “Esperamos que este hecho sea aislado y que podamos seguir haciendo el bien, como lo hacemos todos los días. La situación fue muy dolorosa, pero no nos va a frenar en nuestra labor”.
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