A 21 años de Cromañón: el sobreviviente que convirtió su dramática historia en una obra de teatro premiada

Guido Zappacosta logra salir del boliche antes de la tragedia. Se encuentra con sus amigos Puchi y Laura. Los bomberos les indican que se alejen de la zona y al hacerlo, se encuentran con un chico con el cuerpo totalmente quemado. “Tenía la piel hecha carbón”, recuerda hoy Zappaosta.

Ante la urgencia, llaman a un taxi para llevarlo a un hospital. “El primer taxi que paramos con este chico todo quemado no nos quería llevar porque dijo que le íbamos a arruinar los asientos. Paradójicamente, casi al instante, frenamos otro taxi y nos llevó sin cobrarnos. Entendió que la situación era una emergencia”.

El crudo relato de Guido Zappacosta (41), dramaturgo y vecino de Beccar, suma otra dramática historia a la noche del 30 de diciembre de 2004. La que pudo reconfigurar para transformar en una obra de teatro junto a otros episodios de su vida, y que terminó siendo reconocida por los Premios Argentores 2025.

La tragedia de Cromañón, llamada así por el boliche incendiado en Once (República Cromañón) causó 194 muertes por asfixia e intoxicación o por inhalación de humo y monóxido de carbono; y hubo 1.432 víctimas de heridas. Las versiones posteriores aseguraron que el público de Callejeros rondaba esa noche entre las 3.500 y 5.000 personas. La emblemática sala de conciertos tenía capacidad para unas mil.

Zapatillas de las victimas de la tragedia. Fuente: La NaciónZapatillas de las victimas de la tragedia. fuente: La Nación

“El día del concierto yo fui con unos amigos, éramos un amigo con su novia y yo”, cuenta Zappacosta,. Todos iban desde Martinez y se sumaron al auto de otros vecinos que también iban para el boliche pero al llegar se separaron. La costumbre era tomar una cerveza y comer algo antes del recital. “Algo muy tremendo es que cuando estábamos por entrar al concierto, la novia de mi amigo no encontraba la entrada”, dice el vecino.

El dramaturgo cuenta que la buscaron por todos lados, pero que no estaba. Hasta estuvieron a punto de volverse a casa. “Ya habíamos visto a la banda un montón de veces y le dije a mi amigo, Puchi, que no entremos. Él me respondió que entrara yo solo porque Laura, su novia, no me quería arruinar la noche”.

No pasó casi ni una canción adentro, cuenta. “Cuando ví el fuego inmediatamente salí. Fue un acto reflejo de ver una llama en el techo, asustarme y salir. Mucha gente hizo lo mismo, pero también tengo una imagen de otras personas bailando al rededor del fuego. No todo el mundo se asustó”, dice y describe el pensamiento de que en cualquier momento apagarían el fuego y volverían a entrar, pero no fue así.

Tapa del Doiario Clarín el 31/12/2004Tapa del Doiario Clarín el 31/12/2004

“El taxi nos dejó en el Hospital Ramos Mejía que era el más cercano y uno de los primeros que estallaron, nos dijeron que el chico que llevábamos todavía no corría riesgo de vida y que llegó a salvarse”. Ahí es donde Guido y sus amigos vieron las primeras imágenes de chicos de su edad, entre 20 y 21 años, muertos o gravemente heridos. “Realmente era algo muy fuerte de que estaba el hospital lleno de cuerpos por todos lados y los médicos haciendo lo que podían. Ahí en el hospital es cuando Laura, la novia de mi amigo Puchi, encuentra la entrada que tenía en el bolsillo”.

En la obra Ahoradespués, premiada por Premios Argentores 2025, de Zappacosta, él trae esta tragedia al escenario. La historia trata de distintos momentos de su vida sin una cronología real pero se centra principalmente en un hijo que pierde a su padre. El personaje principal, el hijo, está en la sala de espera acompañando a su papá y a la mañana siguiente tiene un examen de biología. Él, sin haber podido estudiar, por estar en el hospital, responde las preguntas con cosas que aprendió de memoria sobre el funcionamiento del cuerpo, sobre corazón, sobre enfermedades. “Ahí el protagonista empieza a escribir en la hoja su propia definición sobre el cuerpo humano y eso empieza a derivar en el episodio de Cromañón”, describe.

Foto por Magdalena Viaggiani: Guido Zappacosta recibiendo el premio de Roberto PerinelliFoto por Magdalena Viaggiani: Guido Zappacosta recibiendo el premio de Roberto Perinelli

Nunca participó de una ONG o una comunidad de ayuda a sobrevivientes o familiares de las víctimas de Cromañón. “Me hacía muy mal, fui a unas marchas al principio pero me hacia tanto daño, por un tiempo si me preguntaban por la tragedia yo negaba haber estado”, comparte Guido. “En algún aniversario escribí y publiqué algo pero descubrí que yo lo visibilizo de esa manera, en mis obras o en mi arte”.

fuente: CLARIN

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