En tiempos donde abundan las malas noticias, una historia de compromiso, ternura y solidaridad se impone con fuerza: el Cuerpo de Voluntarios “Dr. Romis Amado Raiden” del Hospital de Niños de Córdoba celebra 60 años de trabajo ininterrumpido. Fundado por el visionario Dr. Raiden junto a un pequeño grupo de colaboradores, este voluntariado ha logrado cambiar la experiencia hospitalaria de miles de niños internados. “Seguimos los pasos de un maestro de maestros”, dijo Nina, una de las voluntarias más antiguas, con emoción.
Cuerpo de Voluntarios “Dr. Romis Amado Raiden” del Hospital de Niños de Córdoba
Una sala de juegos que cura con alegría: el corazón de este voluntariado es la sala de juegos, construida con el apoyo de la comunidad cordobesa y mantenida con el esfuerzo diario de decenas de voluntarias. Allí, los chicos pueden jugar, reír y olvidarse —aunque sea por un rato— del dolor y los tratamientos. “Llenar de amor las horas vacías del niño internado no tiene precio”, afirmó Irene, visiblemente conmovida al mostrar la sala que hoy luce como una auténtica juguetería terapéutica. Este espacio cumple una misión vital en el proceso de sanación emocional de los pequeños pacientes.
Una dotación especial de cariño que no se detiene: cada historia que emerge de este grupo de voluntarias está marcada por la empatía, la constancia y la entrega. “El voluntariado significa tener una dotación especial de amor y de tiempo para brindar a los chicos”, resumió Nina. A lo largo de seis décadas, cientos de personas han pasado por esta organización dejando huellas imborrables. Y aunque los tiempos cambian, el espíritu de servicio sigue firme: una comunidad unida por el deseo de acompañar y sanar desde el juego, la compañía y el amor más puro.
