
El domingo 26 de octubre los argentinos concurrimos a las urnas en medio de incertidumbres económicas y de mercado que también se trasladan a la gobernabilidad.
Una vez más el resultado sorprendió y dio muestras de las dificultades que existen para predecir el comportamiento de la ciudadanía, lección que se ha repetido muchas veces en nuestra historia desde la sanción de la “Ley Sáenz Peña”.
En los veinticuatro años que llevo participando de la organización electoral, la mayor enseñanza ha sido el comportamiento electoral de la gente, misterioso e impredecible, muy difícil de ser medido por las encuestas y también difícil de estudiar a través de análisis racionales o modelos matemáticos. Por suerte para todos, el lunes el dólar y los mercados no se dispararon sino que se calmaron.
El nivel de participación del 68% fue inferior al último registro del 71% en elecciones legislativas intermedias, marcando una tendencia generalizada en muchos países de apatía aún cuando el sistema democrático no está en discusión y tiene aceptación generalizada.
No obstante, la participación en las elecciones nacionales es mayor que en las elecciones provinciales, como también se vio este año. La organización y la tradición juegan a su favor.
El debut de la boleta única de papel (BUP) fue muy auspicioso, a pesar de las dudas que generaba el cambio de usos y costumbres y los problemas que originó el reemplazo a último momento de un candidato cabeza de lista en el distrito electoral Buenos Aires y la imposibilidad material de reimprimir en tiempo oportuno, más los costos que ocasionaba al Estado.
Cabe recordar el impulso dado a este tema por la Cámara Nacional Electoral desde el año 2007, así como el activo acompañamiento por las organizaciones de la sociedad civil que hicieron posible la sanción de la ley por el Congreso de la Nación durante el año pasado.
La elección resultó ordenada y comprensible para los ciudadanos tanto al momento de emitir el sufragio como en la realización del escrutinio en las mesas de votación, de manera que el nivel de votos nulos fue inferior al esperado.
Ya concluido el escrutinio definitivo, si bien las diferencias se acortaron por las impugnaciones y observaciones que resolvieron las 24 Juntas Electorales Nacionales, los resultados se mantuvieron en orden a lo informado la noche de la elección.
Una particularidad fue la cantidad de funciones que el Ministerio del Interior delegó en el Correo, como la impresión de boletas y padrones, así como la contratación directa del conteo provisorio
Ha sido muy bueno que ese estreno ocurriera durante una elección legislativa a fin de evaluar las dificultades que podría ocasionar su utilización en una elección presidencial y legislativa como la que sucederá en 2027 y para lo cual será importante impulsar los cambios necesarios en el año próximo.
La actual boleta única no admite la simultaneidad con las elecciones provinciales, algo que deberá evaluarse porque esta vez las provincias que optaron por hacer la elección el mismo día para sus autoridades locales, debieron acordar con las autoridades electorales nacionales ya sea la realización de elecciones concurrentes con boletas y urnas diferenciadas, o bien separar las elecciones, como ocurrió durante este año en trece provincias, ocasionando un panorama complejo que incentivó la abstención.
Otro tema importante es volver a analizar el sistema de elecciones internas partidarias una vez que concluya la suspensión de las PASO, dispuesta por única vez. En algunas provincias las boletas eran extensas y algunas agrupaciones políticas compitieron divididas en tres o cuatro subsectores. El artículo 38 de la Constitución nacional demanda la democracia interna, que no debe ser retaceada y que puede presentar distintas modalidades, no necesariamente obligatorias.
Entre los retrocesos se encuentran las candidaturas testimoniales que vulneran el vínculo de la representación política entre electores y elegidos y que en nuestra opinión resultan inconstitucionales. El fondo del tema no arribó en tiempo y forma a las instancias de la Justicia Federal y se dejó pasar en el ámbito local, de modo que en la Provincia de Buenos Aires hubo 26 candidaturas a intendentes con esas características. Es de lamentar que las malas prácticas se repitan en lugar de erradicarse.
Como enseñaba el Dr. Carlos Fayt en su libro “Sufragio y representación política”, la oferta electoral, aceptada por los ciudadanos a través del sufragio, consolida la relación jurídica de Derecho Público entre representantes y representados.
La obligación de los elegidos no es con sus jefes partidarios sino con el cuerpo electoral que los ungió para cumplir con el mandato para el que se postularon. La soberanía reposa en la creencia generalizada sobre una determinada legitimidad.
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